El actor Robin Williams, conocido por papeles tan dispares y entrañables como Peter Pan y la 'Señora Doubtfire', ha fallecido esta madrugada en su apartamento de Tiburón, en California, a los 63 años. Al parecer, y según apuntan las primeras investigaciones policiales, la muerte podría ser causada por un suicidio. 

Ganador de un Oscar y de cinco Globos de Oro, Williams empezó en el mundo del espectáculo como monologuista. Casado y con tres hijos, el actor luchaba contra su dependencia al alcohol y la cocaína.

Las alarmas saltaban de madrugada (noche en California), cuando su mujer, Susan Schneider, decía lo siguiente a través de un comunicado: "Mi corazón está roto". Las redes sociales, tan poco discretas en estos tiempos, se encargaron de amplificar la noticia. "Esta mañana he perdido a mi marido y mi mejor amigo, mientras el mundo perdía a uno de los artistas y más bellas personas que han existido. Mientras es recordado, tenemos la esperanza de que el enfoque no será en la muerte de Robin sino en los incontables momentos de diversión y risas que le hizo pasar a millones de personas".

Nacido en Chicago en 1951, sus problemas con sustancias adictivas comenzaron en la década de los 70, durante sus inicios como comediante. Siempre contó que uno de los momentos decisivos en su vida y que le abrieron los ojos contra las drogas fue la muerte de su amigo John Belushi, que falleció por sus excesos a los 33 años. Era 1982 y Williams se apartaba de las drogas definitivamente. O eso parecía hasta que en 2006, para espanto de su familia y él mismo, recaía en el infierno.

En aquel momento pidió ayuda de inmediato, ingresó en un centro y logró 'desengancharse', pero el dolor quedó allí para siempre. "Sufre una profunda depresión", contaba hace poco su representante. Ocho años sin probar ni alcohol ni drogas.

La versatilidad de este actor que parecía destinado a encasillarse en la comedia quedó clara cuando en 1997 logró un Oscar por su papel de psicólogo y maestro en 'El indomable Will Hunting' (Gus van Sant, 1997), donde le daba la réplica a un estupendo Mat Damon. Uno de los papeles por los que se quedó grabado en la memoria colectiva es el de profesor de literaturta en 'El Club de los poetas muertos' (Peter Weir, 1989). Aquel histórico 'Carpe diem, aprovecha el momento', y los versos de Walt Whitman 'Oh, capitán mi capitán' (el original estaba dedicado a Abraham Lincoln) marcaron a varias generaciones, que todavía se emocionan pensando en la valentía romántica del profesor John Keating, maravillosamente interpretado por Williams.

Uno de los papeles por los que alcanzó la fama fue el de locutor de radio en plena guerra de Vietnam. Con aquel saludo que daba título a la película 'Buenos días, Vietnam' (Barry Levinson, 1987), Williams inauguraba una carrera llena de éxitos en Hollywood puesto que recibía su primera nominación a un Oscar. Supo ir cimentando un camino estable y exitoso a partir de papeles de lo más variados. Desde Peter Pan en 'Hook' (Steven Spielberg, 1991), hasta la ya nombrada 'Señora Doubtfire' (Chris Columbus, 1993) y la punzante 'Desmontando a Harry' (Woody Allen, 1993).

Muere dejando pendientes de estreno cuatro filmes

Su muerte ha conmocionado a la opinión pública y hasta el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha hecho una declaración lamentando su pérdida. "Era un aviador, un genio, un doctor... y todo lo demás. Pero era único", ha dicho el mandatario. Descanse en paz.