En toda boda siempre hay alguien que sale perdiendo. No necesariamente por infidelidades, ni por engaños de última hora. Más bien se trata de un daño moral, incluso espiritual. Tras la boda de Brad Pitt y Angelina Jolie todos dirigimos nuestra mirada hacia Jennifer Aniston. Pese a que la actriz presume de tener una vida reorganizada, llegando, aparentemente, a renunciar a su principio de hacer oídos sordos a la maternidad, no pudimos dejar se sentir pena por ella. ¿Qué pensaría al ver el velo de Angelina con los dibujos de sus numerosos hijos? ¿Lloraría? ¿Se sentiría aliviada? Nunca lo sabremos, pero debemos reconocer que nos preocupa. Nos la imaginamos en casa, viendo las fotos exclusivas de la ceremonia mientras da cuenta de medio litro de helado de chocolate, y claro, se nos encoge el corazón.

 

En el caso de George Clooney, nuestra preocupación es más relativa. Por una parte, el atractivo actor ha tenido una lista tan larga de conquistas que si tuviéramos que sufrir por todas y cada una de ellas, no podríamos hacer nada más en el resto del día. Y por otra, Clooney ha sido menos intenso con sus pretendientas. Sí, sabemos que las ha querido, que las ha paseado por los mejores eventos del Planeta, pero sin perder en ningún momento su estatus de 'soltero de oro'.

 

Las novias de Clooney sabían que siempre serían eso, novias. O al menos, casi todas. Antes de la llegada de Amal Alamuddin, la abogada que ha reinventado la vida del actor, tan solo una mujer había sonado con cierta fuerza para convencerle para pasar por el altar. Se trataba de Elisabetta Canalis, actriz, modelo y presentadora italiana, además de bailarina, sex symbol y 'socialité'. Todo un partidazo al que muy pocos habrían dejado escapar.

 

Canalis y Clooney estuvieron juntos casi dos años, hasta que la modelo empezó a reclamarle más compromiso en la relación y George decidió que no estaba por la labor. “Tienes que aceptar que el príncipe azul no va a venir a rescatarte, o te pasará factura”, comentó la modelo tras la ruptura. “Al final del día, siempre veo el fin de mis relaciones como un fracaso personal”. La modelo puso tierra de por medio para no tener que ver como su relación era analizada desde las revistas y programas de crónica social, y se trasladó a Estados Unidos, dispuesta a empezar de nuevo -tal vez acabar residiendo en Los Angeles, igual que su ex pareja, no fue la mejor idea-. Pero, ¿qué ha sido de Elisabetta Canalis durante todo este tiempo? ¿A qué ha dedicado su tiempo libre?

 

Aunque no les cueste asumirlo, la vida de la modelo ha dado un giro radical desde que Clooney decidiera cambiarla por otra -por Stacy Keibler, concretamente, actriz, modelo y luchadora profesional, con la que el actor compartió también casi dos años-. Canalis ha continuado con su labor como presentadora, encargándose del mítico Festival de San Remo, también ha participado en el reality 'Dacing with the stars', la versión americana de nuestro 'Mira quién baila', y ha ejercido de modelo, revalorizando su caché gracias al efecto Clooney.

 

Pero, además, la italiana también ha rehecho su vida personal junto al cirujano Brian Perri, con quien se ha casado el día 14. ¿Y dónde?, se preguntarán ustedes. Pues en Italia, compartiendo mes y país con su ex, George Clooney. ¡Ya es casualidad! Aunque Elisabetta asegura que ya tenían la fecha decidida con antelación.

 

Aun así, no todo han sido buenas noticias para la modelo. El pasado junio reconocía, a través de su cuenta de twitter, que había perdido el bebé que esperaba. “He pasado estas últimas semanas centrada en el tema y hasta la prensa confirmó mi embarazo antes de que yo lo hiciese. Quería gritar mi felicidad y comentarlo pero finalmente no va a ser así. Por desgracia, la vida te presenta una realidad que no esperas, y difícil de manejar, incluso si piensas que eres fuerte y estás preparado”, escribía emocionada la modelo.

 

“Les diría a las mujeres que están pasando por un momento así que sean fuertes, porque la vida continúa. La naturaleza tiene actos incomprensibles. Sólo nos queda aceptarlo”. Canalis aprovechó para agradecerle todo el apoyo a su pareja.

 

Ahora, la modelo, tras haber disfrutado de una íntima despedida de soltera en Milán, ha deseado mucha felicidad a su ex, aunque también ha reconocido que no tiene tiempo para nada. “Estoy muy contenta por él, pero solo pienso en mi felicidad”, ha declarado. “Es el día más importante de mi vida y no tengo tiempo para pensar en nadie más”.

 

Y hace bien. ¿O es que George Clooney se acordará de ella cuando le de el 'sí quiero' a Amal Alamuddin?