Por JULIA GUINOVART

 

El olor a tinta procedente de la imprenta, el humo de los cigarrillos envolviéndolo todo, las botellas de ginebra guardadas en el cajón y el sonido brusco del tecleo de las máquinas de escribir. Así eran las redacciones de antaño: canallas, rápidas y ruidosas. ¿Nostalgia de tiempos mejores? Podría ser, al menos para el actor Tom Hanks. Veamos.

 

El periódico londinense 'The Times' ha decidido colocar altavoces en sus impolutas redacciones para incentivar a los periodistas. ¿Qué música sonará? Ninguna, sólo el traqueteo uniforme de las teclas. Ruper Murdoch, propietario del rotativo, piensa que de este modo sus trabajadores se sentirán inspirados. Parece que en plena era digital, las máquinas de escribir vuelven a la primera plana.

 

Porque no ha sido Murdoch el único en pensar en ese sonido como algo inspirador. Tom Hanks, el actor de Hollywood, ha sido noticia últimamente por un motivo ajeno a su profesión. Ha creado una aplicación para el iPad que imita a una máquina de escribir. Y ya se ha convertido en la más descargada en la tienda Apple de Estados Unidos.

 

El actor, que firma todos sus tuits (@tomhanks) como Hanx, ha creado esta curiosa aplicación porque es un aficionado de estos 'antiguos' aparatos. Con Hanx Writer, el iPad se convierte en una máquina de escribir, algo que satisface a los más nostálgicos. El éxito de la aplicación ha sorprendido a muchos expertos. Porque son numerosos los famosos que han lanzado apliaciones para dispositivos electrónicos y no todos han triunfado. Justin Bieber, sin ir más lejos, lanzó hace poco una aplicación para selfies y no prosperó.

 

Según escribe Silvia Killingsworth, periodista especializada en tecnología en 'The New Yorker', los motivos del éxito de Hanx Writer estriban en que el propio actor es un fan incondicional de las máquinas de escribir. El año pasado, el protagonista de 'Forrest Gump' publicó un artículo de opinión en 'The New York Times' en el que se confesaba coleccionista de estas máquinas desde 1978. Las usa, dijo, para hacer sus listas de quehaceres y para firmar notas de agradecimientos. Así que si algún famoso más decide usar su nombre o su condición para crear una aplicación digital, quizás debería pensar primero en cuáles son sus aficiones, si las tiene, y centrarse en eso. Puede que así el triunfo le acompañe también en su nueva aventura. 

 

"Podías decir si tu vecino tenía un día productivo sólo con escuchar el sonido de su máquina de escribir", señala Killingsworth en su artículo. "Soy una persona distraída, así que me siento aliviada de haberme perdido esa época y trabajar en los días de teclados súper finos de Mac, porque la oficina está siniestramente silenciosa". Si sus compañeros se descargan la aplicación de Tom Hanks, puede que su tranquilidad termine. Y puede que la de ustedes, lectores, también.