Por LUIS NEMOLATO

Grababa un 'unplugged' en el Teatro Real y qué mejor que tener como público a un grupo nutridísimo de fans y amigos entregados para asegurarse un aplauso de quitar el hipo… Como si le hiciera falta a Alejandro Fernández, ¿no? El cantante mexicano consiguió que su cita en la ópera madrileña fuera un éxito de convocatoria con reencuentros de amigas que dejaron de serlo como Isabel Preysler y Carmen Martínez Bordiú, con parejas que celebraban su aniversario de casados como David Bustamante y Paula Echevarría, y con hijos que se reconcilian con su madre y hasta se mimetizan con ella como Miguel y Lucía Bosé.

"¿Pero qué pasa? ¿Viene alguien famoso?", turistas y señoras del barrio de Ópera se arremolinaban en torno al Teatro Real. “Ya ha terminado la temporada ¿no? Pero… tanto trajín…¿Viene la reina Letizia?”. Y la sensación es que podría ser perfectamente. Policía, coches con cristales tintados y un pasillo hecho con vallas y catenarias hasta las puertas del recinto. Hasta ese momento, las caras conocidas que acudían al concierto no habían precisado de tanta parafernalia. El cantante Antonio Orozco se hartó de firmar autógrafos, cierto, o Mónica Hoyos, con un Cavalli vaporoso que dejaba ver más allá de la pierna, había dejado impactado al pabellón masculino de la plaza Oriente, pero la expectación, por las medidas de seguridad se había agudizado. De pronto, de una furgoneta tintada, apareció una reina, sí, pero del papel cuché: Isabel Preysler, que parapetada por guardaespaldas y agentes de prensa casi se despeinó de las prisas en su entrada al teatro.

Con blusa hueso y pedrería y pantalón beige, Preysler se encontraría en las butacas con Carmen Martínez Bordiú que, de fucsia, había pasado minutos antes por el photocall sin mediar palabra tampoco. Como Miguel Bosé y su madre Lucía. Ambos, muy serios y cogidos del brazo, pero dando así carpetazo a las desavenencias televisivas que los habían separado, iban vestidos de la misma manera: traje de pantalón en crepe de seda con chaqueta capisayo, pero uno en negro y con cadenas plateadas colgando de un bolsillo, pelo largo y barba, y Lucía en azul eléctrico como su cabello. Madre e hijo, ellos y madre e hijo político. María Teresa Campos hacía la alfombra roja sola, pero a los pies de la escalera a los palcos le esperaba su futuro yerno, el restaurador José Carlos Bernal. “¿Nerviosa por la inminente boda?”. “Eso, mi hija. Yo, contenta”.

David Bustamante y Paula Echevarría sí que atendieron profusamente a la prensa, una prensa ávida por cierto de saber cómo había pasado la pareja su octavo aniversario de casados. “En realidad, lo celebramos hoy con el concierto y solitos. Ayer cenamos en familia, con Daniella, porque aunque vino después, ha sido fruto de nuestro amor y parece que ha estado siempre. ¿Cómo es posible como no viniera antes?”. Sus regalos fueron flores, él, y “todo su amor”, ella. De hecho, él habría contado más si no llega a ser porque Paule le cortó.

La pareja más consolidada del famoseo en contraposición a Lydia Bosch que acudió sola al concierto. “Muy feliz. Con lío, ya sabes, pero eso son los abogados, pero feliz. Hemos renovado, 'Sin identidad' ha ido como un tiro y deseando grabar”, confesaba la actriz, con un vestido con falda pantalón que dejaba ver su espalda entre encajes, sin permitirse ningún desliz a la hora de hablar de su batalla legal con su ex marido.

Y siguiendo esa escuela. Cecilia Gómez, la bailaora ex de Fran Rivera, que acaba también de terminar su relación con el gimnasta Jesús Carballo. “Fue bonito, ha sido duro, pero tenía que terminar”. Su corazón, dicen, ya vuelve a tener dueño, otro ex, de Arantxa de Benito, pero ella ni afirma ni desmiente. “Estoy… sola….”.

-Cualquiera se lo cree con esa respuesta…

-“Es cuestión de fe”.