Es una de las historias más ridículas de los últimos tiempos pero también de las más apasionantes. Vieja como el mundo: el gay delicado que se enamora perdidamente de un heterosexual cachas cuyo credo es “Amarás a tu cuerpo más que a ti mismo”. En este caso, como en tantos otros, el heterosexual cachas –Labrador– está tan enamorado de sí mismo que le viene bien todo lo que le sirva para alimentar su desmedido ego. En el presunto estilista Jesús Reyes ha encontrado un admirador incondicional que debe haberle bailado el agua hasta extremos inimaginables. Y para premiarle su labor como palmero Labrador le habrá regalado alguna sonrisa que ha dejado turulato a Reyes.

 

El domingo se reencontraron en el ‘Debate de Supervivientes’ y todo fue muy raro. Jesús Reyes explicaba con firmeza que lo suyo no había sido un sueño y Labrador se manifestaba dolido por la actuación de su palmero mayor. No sé muy bien qué ha sucedido entre esta extraña pareja pero lo que sí que me quedó claro es que la actuación de Reyes fue mucho más convincente que la de Labrador. Quizás Labrador no dio pie con bola porque le costó concentrarse viendo el peinado de gala que se había pergeñado para la ocasión su rendido admirador. Se impone polígrafo.