Llegamos un domingo a las Islas Mauricio y llueve como si no hubiera mañana. Esta noche, Domingo de Resurrección, volamos de vuelta a Madrid. Ahora es mediodía y llueve intensamente desde hace dos horas. Pienso que la felicidad tiene mucho que ver con estar en un sitio de playa y no cabrearte porque no puedas tomar el sol. Estar bien acompañado. Tener ilusiones. Ganas de volver a casa para abrazar a tus perros. Volver a ver a los amigos del trabajo.

 

Durante estos días me hice una fotografía y la colgué en mis redes. Le pedí a P. cuando me la hizo que se me viera poco cuerpo porque luego algunos comentarios de las redes podían ser demoledores. No me equivoqué. Pese a que sólo se me veían los hombros desnudos no fueron pocos los que aseguraron que mi cuerpo era definitivamente horrible. Cuando uno llama “feo” a alguien debe pensar de sí mismo que está bien bueno. Me alegra saber que tengo seguidores que en la calle  podrían ser confundidos con Brad Pitt o Angelina Jolie. Me hacen sentir un “it boy”.