Jorge Javier Vázquez

Jorge Javier Vázquez

Genoveva Casanova
Lluís Bou

"Debería escribir sobre Genoveva Casanova. No se me ocurre nada bueno"

Llevo días pensando que debería escribir sobre Genoveva Casanova. No se me ocurre nada bueno. Así que mejor lo dejo.

 

Últimamente me da miedo abrir algún cajón por si me encuentro a Miguel Ángel Revilla. Supongo que a mucha gente le pasará lo mismo conmigo, que me ve hasta en la sopa y me tiene estomagado, así que por ahí no iré. Iré por otro lado.

 

He sido capaz de seguir la trayectoria televisiva de Revilla hasta que mi cerebro ha decidido que no lo podía seguir llenando de obviedades. Estoy convencido de que hay cientos de “Revillas” repartidos por los Hogares del Pensionista de España pero no a todos les gusta salir en la tele. 

 

Salir en la tele no es  un mérito. Tampoco un demérito, pero trabajar hoy en televisión significa pasar a formar parte de una tribu que habla y habla tras una pantalla mientras en los salones de las casas se almuerza, se cena o se hace el amor.

 

Un acompañante al que con un botón de un mando se le deja mudo. Si sabes que no eres más que eso vas bien. Si lo que deseas es convertirte en un “salvapatrias” o en el Pepito Grillo de toda la nación lo llevas claro. La gente desconecta porque está harta de sermones, de que le digan que todo va mal, de que así no se va a ninguna parte, del “yo haría” o “ si yo fuera”. Todo eso ya lo escuchan y lo hablan jugando al dominó o en la barra de los bares. Revilla tiene gancho y controla el medio. Le pone cachondo la cámara. Se mueve bien entre el populismo y lo campechano. O sea, que es el concursante ideal para Gran Hermano VIP.

 

 

 

 

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