"Mañana son dos meses echándote de menos", ha escrito recientemente Pablo Sáez, pareja del llorado diseñador David Delfín, que falleció el pasado 3 de junio. El fotógrafo sigue su duelo y el proceso de acostumbrarse a una vida sin el amor de su vida a su lado. No hay semana que no le desee buenas noches o le dé los buenos días a través de las redes sociales. Su recuerdo sigue más vivo que nunca.
Pablo no se separó del modisto durante el año que mantuvo su dura y digna lucha contra el cáncer. Fue su amigo, su confidente, su faro... Y su amor se perpetúa a través de los momentos frescos en su memoria y de todos los detalles con los que adornaron su vida juntos.
Estos días hemos podido situar a Sáez veraneando en Menorca. Se fotografiaba sobre la cubierta de un barco, con el semblante serio y los ojos cubiertos por unas gafas de sol, navegando en aguas de Illa de S'Aire. Una imagen en blanco y negro, que acaba contrastando con otra imagen del pasado que también compartía recientemente. En aquélla, a todo color, sale junto a Delfín, muy sonrientes, mientras practican 'parasailing'. Unas instantáneas más trascendentes que nunca y que se convierten, sin quererlo, en la metáfora de su vida antes y después de la pérdida de David.
El diseñador ha dejado un gran vacío en su círculo íntimo. Como si tuviera puesto un temporizador, Pablo cuenta las horas que faltan para que se cumplan dos meses de la fecha más nefasta de su vida. De la misma forma que la expareja de David, Pelayo Díaz también ha sido uno de los que más presentes le han tenido en la memoria y quien más lo ha exteriorizado.
El pasado 19 de julio, David Delfín era homenajeado de forma póstuma con el Premio Nacional de la Moda. A la emotiva ceremonia no faltó ni Pablo ni Pelayo ni María, la madre del diseñador, que no pudo evitar derramar lágrimas al recoger el galardón que debería estar recogiendo su hijo.