Por CONCHI ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS
El protagonista del vídeo más emocionante del día es Larry Hester, quien ha vivido los últimos 33 años en la oscuridad más absoluta.
Larry no podía saber donde estaba una puerta, no había visto transformarse el rostro de su mujer y no podía deleitarse con esas formas y colores vibrantes que apreciaba cuando era joven. Todo esto ha cambiado gracias a una revolucionaria prótesis de retina que lo ha sacado de la oscuridad y ahora le permite ver con relativa claridad.
Se trata de un implante, un chip, que lleva alojado en su ojo y que lo ha liberado de la retinitis pigmentosa que llevaba padeciendo desde que tenía 33 años. Desde ahora, Larry debe llevar unas gafas con cámara, la cual capta las señales de luz, que son interpretadas por el chip en el ojo del paciente. Ahora, a los 66 años, comienza una nueva vida para Larry, quien, en el vídeo, no crédito a ser capaz de ver dónde está su mujer o el médico que le ha practicado el implante. Es la señora Hester quien parece más emocionada, que abraza a su pareja y lo cubre de besos sin poder aguantar las lágrimas. Y es normal, está viviendo uno de los días más felices de su vida.
Su visión ahora es algo ‘pixelada’, pero los médicos le han asegurado que mejorará con el tiempo. Se tendrá que adaptar a su nueva condición, pero seguro que no le cuesta lo más mínimo, dado que ya tuvo que hacer el proceso inverso cuando le fue diagnosticada la enfermedad.
No te pierdas la reacción de este hombre al ver por primera vez tras haber vivido 33 años con una ceguera congénita.