Cuando hace dos meses Tinet Rubira, director de Gestmusic, presentó la nueva edición de ‘OT’ ante los medios dijo que en esta edición “buscaban estrellas”. Pero lo que seguramente ni el propio Tinet esperaba era la ilusión que ha despertado de nuevo su gallina de los huevos de oro televisiva en el público. Con dos meses en emisión, un gran fenómeno fan en las redes sociales y una audiencia más que notable la noche de los lunes –cara a cara contra ‘La que se avecina’–, ya se puede decir que la nueva edición de ‘OT’ es todo un éxito.
La última vuelta de tuerca por parte de Gestmusic, productora de otro éxito musical como es ‘Tu cara me suena’, fue anunciar una gala navideña para emitir la noche del lunes 25 de diciembre y que reuniría en el plató a dos generaciones de ‘OT’, los primeros triunfitos y los de 2017. Lecturas fue testigo de este evento que, dada la festividad de la fecha, se grabó unos días antes de emitirse.
Un público entregado
El gran espectáculo de las galas de ‘OT’ transcurre en lo que antiguamente era un complejo hospitalario para tuberculosos, el Parc Audiovisual de Terrassa, unos estudios apartados del núcleo urbano de Barcelona. Eso no impide que cada semana lleguen allí autobuses y coches llenos de fans entregados, deseosos de ver a sus nuevos ídolos y que permanecen en el plató durante casi cuatro horas. Muchos de ellos de pie, en el foso. A la llegada, al público se le entrega un bocadillo, un botellín de agua y algún obsequio promocional. Se emocionan al ver cómo los bailarines calientan ya con los trajes que lucirán en las galas. Entre los asistentes hay jóvenes y adolescentes, pero también padres y madres que acompañan a sus hijos. En el foso hay fans que han ido a todas las galas e incluso tienen su lugar reservado, al pie de la famosa pasarela. Son habituales que el propio equipo del programa ya conoce y trata como si fueran de la casa.
Entre el público está Mamen Márquez, la directora vocal de la academia. “Es mi día de fiesta, pero he querido venir a ver a mis niños. Me he puesto el rimmel ‘waterproof’ [resistente al agua] porque sé que voy a llorar un montón”, cuenta.
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