Miley Cyrus lo ha conseguido. En su cuerpo no queda ni una sola célula de aquella angelical niña cantora llamada Hannah Montana, estrella de Disney Channel. ¡Y a qué precio! No hay día en que en la prensa estadounidense no se publiquen sesudos y recriminatorios ensayos sobre si ha ido demasiado lejos en este proceso de reinvención.

La chica, harta de tanta caza de brujas, se marcó una peineta con los fotógrafos, cigarro en mano, no sabemos si de salvia, que antaño fue su hierba preferida. La vemos muy casual con unos shorts desestructurados, por decirlo fino, y mucha bisutería.

La reinvención de Miley siguió este camino: se comprometió con el crujiente Liam Hemsworth, hermano menor del Thor de Elsa Pataky, se cortó el pelo, colgó en Instagram fotos con una muñeca hinchable, sacó una canción que hace referencia al éxtasis líquido, un videoclip donde simula un coito en la cocina con una drag queen…

El golpe de gracia a la virginal Hannah Montana llegó la noche del pasado domingo 25 de julio, cuando Miley dejó los ojos como platos a la nación de Obama en los Video Music Awards (VMA) de la cadena MTV. Salió al escenarios con escuetísimos ‘outfits’, su lengua raramente permaneció un minuto dentro de su boca, hizo lo inenarrable con un gigantesco dedo de espuma… y se marcó un ‘twerking’ (un momento y te explicamos de qué se trata).

A Miley le han llovido chuzos de punta por el alto voltaje erótico de su actuación, aunque dicha sea la verdad, los VMA viven de ello: para el recuerdo está Diana Ross agitando los senos de Lil’ Kim (a Youtube nos remitimos), la ‘embrujada’ Ross McGowan con el trasero al aire, Britney con una gigantesca pitón o Britney y Madonna juntando sus labios.

Miley parece que no puede contentar a nadie. Los que no la acusan por su explícito contenido sexual, la atacan por racista. El ‘twerking’ -movimiento que consiste en doblarse hacia adelante y agitar el trasero arriba y abajo- nació entre la población afroamericana, y no se ha visto con buenos ojos que haya decidido soltarse la melena a lo grande precisamente con esta danza.

Su padre, el cantante de country Billy Ray Cyrus, está totalmente de su parte. Escribió en Twitter: “Miley, si el twerking se hubiera inventado, y hubiera tenido un dedo de espuma, habría hecho exactamente lo mismo. DAD”.