Irene Caruncho, la concursante gallega de 'La Voz' que ya ha sido bautizada como la nueva Adele española, deslumbró en las semifinales del concurso y esta semana ha conseguido alzarse con el honor de ser la ganadora de esta edición de 'La Voz'. La primera mujer que gana dicho premio.
La joven es gallega de pura cepa, estudiante de turismo y vinculada al mundo de la música desde pequeña. Durante la gala de las semifinales hizo una versión de la conocidísima “Let it be”, que puso los pelos de punta a todos, entre ellos, a una de sus grandes seguidoras, su coach, Malú, que mostró una vez más su devoción por la joven y talentosa concursante. El público se levantó coreando “ganadora, ganadora” , así que, para muchos que haya arrasado en la gran final no ha sido ninguna sorpresa.
Acumula cada vez más seguidores en las redes sociales, sus fans se autodenominan Noniters y colapsan la red cuando se trata de animar a Irene, que por su talento y el favor del público se está consagrando como la gran artista que siempre soñó ser. En su pueblo natal, Cedeira, donde empezó a cantar acompañada de su novio guitarrista, están volcados con ella. También Malú, la coach de la jovencísima concursante, cuyo ídolo musical es es Buckethead. Todos la trataron con mimo desde el comienzo de esta edición. Después de escuchar su voz en los castings, Alejandro Sanz, Manuel Carrasco, Malú, Melendi, todos la quisieron en su equipo, llegando incluso a confesarle Melendi: ”Te ruego que me concedas el privilegio de acompañarte a ser una de las artistas más importantes de este país”, emocionado por el talento de Irene, que posee un estilo peculiar, alejado del pop aflamencado que tanto éxito ha tenido en pasadas ediciones y más cercano al rock. Pero, al final, se decantó por Malú, que ha estado volcada con ella desde el comienzo.
Desde las audiciones, Irene ha levantado todo tipo de emociones entre el público, algo que le ha hecho merecedora del calor del público y que ya le ha valido el título de la nueva “Adele española”. Las semejanzas están ahí, ambas emocionan con sus voces, poseen un físico similar y aumentan de manera desorbitada su número de seguidores cada vez que realizan una actuación musical.
Un año más, Malú ha demostrado que donde pone el ojo pone la bala y que sus 'aprendices' acaban el concurso con una gran estrella. Tan grande como la que es Irene, el descubrimiento musical del año. ¡Felicidades!