Pendientes seguimos de Isabel Pantoja, que continúa ingresada en el centro sanitario infanta Luisa en Triana, Sevilla, donde la tonadillera fue hospitalizada el pasado martes debido a una nefropatía diabética, según ha informado Pilar Vidal desde sus líneas para LOC. Se confirma así que su ingreso médico ha sido por causa mayor, lo que le ha permitido gozar de un permiso extraordinario que se le terminará mañana martes 11, cuando la artista tendrá que regresar a la prisión de Alcalá de Guadaíra, donde cumple condena por blanqueo de capitales.

A la de ‘Marinero de luces’ no le quedará otra que aguardar pacientemente en entre las paredes de su módulo a que se le conceda el tan ansiado tercer grado, por el que ella y su abogado llevan peleando desde hace algunas semanas. Y es que letrado y cliente todavía no comprenden por qué Pantoja no está disfrutando ya de la semilibertad, cuando cumple religiosamente con todos los requisitos para que se la concedan. Fue en julio cuando se les echó para atrás la petición de concesión del tercer grado y, aunque se denunció en un principio trato de favor con ella por parte de la directora del penal, fue precisamente el voto de esta por el que Isabel no logró regresar a Cantora.

Pero volviendo al estado de salud de la suegra de Irene Rosales, que ahora es lo que más nos interesa, Isabel continúa ingresada, recibiendo los tratamientos necesarios para los niveles de azúcar en sangre se restablezcan, puesto que cuando ingresó la noche del martes 4 estaban absolutamente desajustados, lo que hizo que se temiera por sus riñones. Si la madre de Chabelita no responde debidamente al tratamiento, podría llegar a necesitar diálisis, o, en el peor de los casos, un trasplante de riñón.

Pero todavía parece pronto para aventurarnos a hacer unas previsiones tan poco halagüeñas, puesto que según el suplemento del Mundo, Isabel se encuentra en las mejores manos y podría estar respondiendo favorablemente a las terapias que se le han estado realizado. Esperamos que así sea.