Recientemente, Ana Rosa Quintana le confesaba a Risto Mejide que lo que más miedo le daba del mundo es que a sus hijos les pasara algo. Pero parece que se olvidó de los fantasmas y el terrorífico contacto que vivió con uno. Tal y como estáis leyendo: la reina de las mañanas vivió un encuentro con un 'poltergeist' que le quitó toda la incredulidad que habría guardado en algún momento respecto a los temas paranormales.
La presentadora daba un adelanto del programa que Samanta Villar iba a dedicar al miedo este martes por la noche en Cuatro. Las imágenes mostraban a la periodista en total penumbra y pasándolo francamente mal en una casa donde presuntamente había presencias inexplicables. El equipo que la acompañaba llegaba a captar con las grabadoras que el ente de la vivienda llegaba a pronunciar un silbante "SA-MAN-TA". Como para no salir corriendo, desquiciada. Viendo ese fragmento todos fuimos Samanta. Y Ana Rosa también.
La veterana presentadora reconoció en plató que creía en los fantasmas, al igual que su compañera de programa, Patricia Pardo. Y Quintana no solo cree, sino que ha vivido una experiencia paranormal a lo Mulder y Scully, y en sus propias carnes. 'El programa de AR' se ponía más inquietante que nunca con la narración de la conductora de Telecinco: "Una amiga mía, una persona muy importante de este país, tenía un fantasma en su casa". Más que al simpático Casper, lo que había en esa casa era un ente insidioso que habría producido escalofríos al propio Iker Jiménez y a su mujer Carmen Porter. Y es que era violento y llegó a atacarla: "Ella iba por el pasillo y había un olor repugnante y le empezó a atacar".
Ignoramos si Ana Rosa estaba en conocimiento de esta realidad cuando su amiga la invitó a cenar a su casa. O si sacó la mujer intrépida que lleva dentro para constatar lo que estaba produciéndose en ese hogar. La velada transcurría relativamente tranquila hasta que su amiga sacó en la conversación el tema en cuestión. Inconscientemente, Quintana, que no se lo acaba de creer, decidió pedir en alto que se manifestara. Lo que ocurrió de inmediato dejó de una pieza a la presentadora. Nada más pronunciar sus palabras, un jarrón "explotó" y se hizo añicos.
Desde ese momento, la reina de las mañanas de Telecinco no solo cree en los fantasmas, sino que no hay que bromear con ellos. Moraleja: no llames a nadie ni a nada que no vas a querer cerca.