Teresa Campos y Edmundo niegan una evidente crisis

Quieren hacer ver que viven en una luna de miel pero las imágenes que protagonizaron ayer, tras conocer la exclusiva de Lecturas, son más propias de una luna de hielo

Campos y bigote

Teresa Campos y Bigote Arrocet acudieron ayer a la fiesta conmemorativa del 50 aniversario del hotel Málaga Palacio, arropados por Terelu, Carmen Borrego y su marido José Carlos Bernal. La presentadora necesitó ayer de todos los apoyos familiares que pudo recabar para enfrentar en público la grave crisis por la que atraviesa su noviazgo.

La presentadora retó a la mala suerte embutida en un vestido amarillo que intentaba iluminar su mirada más triste, no había maquillaje que pudiera alegrar su pesarosa mirada. Edmundo y Teresa intentan mostrar una ficticia fachada de normalidad ante la opinión pública, desde que ayer conocieran que 'Lecturas' iba a dar a conocer en exclusiva el motivo por el que su relación podría resquebrajarse. Supieron que esta semana publicamos cómo es Gema Serrano, la amiga del cómico que ha borrado la risa de la pareja, poniendo en jaque su estabilidad. Ayer por la noche posaron para la prensa y no les quedó otra que hacer de tripas corazón para seguir mostrándose como felices novios; mientras, durante la cena, recababan detalles sobre nuestra portada e intentaban pergeñar una estrategia para minimizar la polémica que se cierne sobre ellos.

De momento han decidido proyectar una imagen de dicha, muy lejana a lo que rubrican estas fotografías que dejan clara la pesadilla que están viviendo. La pareja vivió una velada de alta tensión. Terelu y Carmen Borrego protegían a su madre arropándola con su sonrisa, más próxima a una mueca congelada que a una expresión de felicidad. Las Campos se sabían en el ojo del huracán, copaban las miradas furtivas de la concurrencia ante la que la presentadora y su –aún novio- intentaban proyectar una imagen de felicidad imposible de sostener. Ayer no pudieron disimular el grave bache por el que atraviesa la relación, aunque lo intentaron denodadamente. Lucharon por poner al mal tiempo buena cara, aunque a duras penas lograron mantener una conversación, sus apesadumbrados rostros eran un poema al desamor.

Desde que hemos descubierto a la exuberante morena azabache que tanto tiempo pasa con Bigote, la Campos y sus medios afines intentan sembrar en la opinión pública la semilla de que la pareja sigue viviendo en una eterna luna de miel. Las imágenes que protagonizaron ayer son más propias de una luna de hiel, marcada por la alargada sombra de la infidelidad. Teresa y Edmundo van a pasar estos días en Málaga, dónde graban secuencias del reality que protagoniza el clan. Desde la tierra que la vio nacer la que fuera reina de las mañanas se esfuerza en buscar aliados que intenten minimizar la olémica que se cierne sobre su noviazgo. Según ha podido saber 'Lecturas' esta semana Teresa no va a cumplir con su colaboración semanal en 'Sálvame' como 'Defensora del telespectador', por lo que hasta el sábado no tendrá que enfrentarse en directo a su audiencia en 'QTTF'.

El nerviosismo es máximo en su entorno y son muchas las opiniones que aconsejan a la periodista que debería tomar una decisión acerca de su novio: “No le va a cambiar, o le acepta como es y forman una pareja abierta, o deja la relación” afirma alguien cercano a la presentadora. Teresa Campos tiene un dilema: ser novia de Bigote o no. Pareja abierta o cerrada, esa es la cuestión.

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