Terelu Campos asistió a la inauguración de la nueva tienda de Lola Casademunt en Málaga, y como ella misma dice: "Cualquier excusa es buena para venir aquí". Terelu saludó a Mar, la hija de Lola Casademunt, y a Irene Rosales, la madrina del evento, embarazada de su segunda hija.

La hija de Teresa Campos explicó que ha está a punto para iniciar una nueva gira de firmas de su libro, escrito al alimón con su ex, el reportero Kike Calleja. "Sí, estoy preparando ya la nueva oleada de firmas de cara a la Navidad. Primero vamos a Getafe, que llevan tiempo pidiéndomelo, y después ya por toda España", comentó.

También habló de su madre, muy recuperada del ictus que sufrió esta pasada primavera. "Está mucho mejor y muy ilusionada con volver a trabajar. Eso será el remate de ponerse al cien por cien", dijo.

Días antes, Terelu habló con La Otra Crónica (LOC) y, entre otras cosas, comentó la enorme preocupación con la que se enfrenta a la futura mayoría de edad de su hija, Alejandra, sobre todo tras haber visto en las revistas a Tana, la hija de Eugenia Martínez de Irujo y Fran Rivera. "Cuando he visto la revista, me he dicho: "Madre mía, la que me espera". De aquí a los cinco meses que me quedan, pensaré qué es lo mejor para Alejandra. A lo mejor, si se lo van a saltar, prefiero presentar yo a mi hija, ¿sabes? Todavía no sé qué voy a hacer".

A la pregunta de si su hija tomará la decisión de Andrea Janeiro, esto es, irse a estudiar porque no quiere saber nada de la fama, o la de Isa Pantoja, a la que le gusta salir en los medios, Terelu fue tajante: "Alejandra será más Andrea" y confirmó que le gustaría tomar el camino del diseño. En ese sentido, hay que recordar que Alejandra ya ha diseñado algún vestido –como el que lució en la boda de su tía Carmen Borrego– y también ha ayudado a su famosa abuela con el diseño de algunos de sus zapatos. Vamos, que la joven tiene mucho futuro en ese terreno.

Si hace un tiempo manifestó sentirse "vieja, gorda y fea", esa etapa ha sido superada, afortunadamente. Terelu se siente mucho más contenta consigo misma y con su físico. "Mi cuerpo se va deshinchando poco. Eso sí que lo noto. Lo noto en mis manos, en mi cuerpo... Como cuando me compro una talla menos de pantalón". Pero ya no le preocupa para nada la talla. "La talla no me obsesiona, en absoluto. Me han ofrecido hacer muchas cosas para machacarme y no lo voy a hacer. Voy a hacer lo que quiera con mi cuerpo, cuando quiera y como quiera. Creo que me lo he ganado ya. Tengo 52 años y no voy a someterme a los dictámenes de los demás, ni de una red social".