“Tengo que ser valiente, no puedo ser una traidora. No puedo decepcionar a quien me ha querido”. Con una sorprendente entereza la presentadora Raquel Sánchez Silva aparecía públicamente por primera vez tras la trágica desaparición de su marido, el cámara Mario Biondo.

El nuevo dispositivo móvil de Sony, resistente al agua, la “obligaba” a bucear, primero entre tiburones, y después a deslizarse entre las preguntas de la prensa tras esos días de relax que ha pasado en Formentera y que tantas iras ha levantado en su familia política siciliana. “Dentro del agua, me sentía mucho más segura. Cuando miraba a través del cristal del acuario, pensaba ¡madre mía! ahora sí que viene lo bueno.” No obstante, con la voz firme, que solo se le resquebrajó cuando se le hizo la pregunta de si algo le está haciendo daño estos días, Raquel mantuvo que había sido una jornada feliz, que estaba contenta porque había sido valiente.

“Los miedos son retos a superar. Yo creo que hoy lo he conseguido, que he buscado el valor cuando no estoy en mi momento más valeroso”, señalaba la presentadora, maquillada tan solo con una máscara de pestañas y discretamente vestida, con el cabello recogido, blusa de seda brocada y pantalón gris a juego con las sandalias y un fino cinturón un mes después de enterrar a su marido y saliendo al paso de los comentarios de su cuñada Emanuela que tildaba, como poco, de inapropiada su vida como viuda durante este tiempo. El mismo fin de semana que se cumplía el aniversario de bodas de Raquel y Mario, y ella se fotografiaba alegre con sus amigas en la playa, la cuñada escribía en su Facebook que el dolor de Raquel “es falso”. “No es oro todo lo que reluce. Pensábamos que era una princesa y era una ...”. “Ni siquiera una flor le ha mandado, en fin, demasiados compromisos, sol, mar, amigos, risas. Qué pena da alguna gente, el colmo”, añadía.

Entre el aluvión de fotógrafos y cámaras, Raquel pudo hablar con LECTURAS.

“Nunca me había atrevido a bucear con tiburones, y he tenido la oportunidad de hacerlo incluso en mar abierto, pero nunca lo hice. De repente, lo de hoy ha sido como cuando miras al cielo y todas las estrellas están colocadas. Podía haber probado el móvil en casita, sOla, es cierto, pero creo en la gente valiente, creo en el valor. Además, siempre, mi trabajo en la tele es pedir a los concursantes, a todo el mundo, que tenga capacidad de sacrificio, de sufrimiento y ganas y, sobre todo, que intenten afrontar sus miedo. Para mí, trabajar hoy ha sido sencillo, no por meterme en el acuario, eso era lo de menos, necesitaba que alguien me dijera ¡hazlo, hazlo! Que te va a sentar bien. Y sí. Ha sido bueno”.

¿Quién ha sido ese alguien?

- Mis amigas, mi gente, mi familia. Han sido quienes me han animado. Yo, antes, les he preguntado, hasta por el chat, y me han dicho "¡hazlo!" Porque creo que la naturalidad y la normalidad ayudan y, sobre todo, porque no puedo estar en la tele diciendo a la gente que sea valiente y que luego yo no sea capaz. No estar aquí no sería consecuente conmigo, sería poco sincero. Lo he hecho, no sé si mejor o peor, pero hoy he sido valiente. Mañana ya veremos. No te puedo contar cómo logro levantarme cada mañana.

¿Sin fuerzas?

- Supongo que como sOlo puedo estar. Con valor, sí, pero también, asustada. Hay días que no puedo, otros que puedo un poco más. Pero tengo que ser yo misma. Tengo que levantarme y no dejar de ser yo.

¿Quién te sujeta cuando flaqueas?

- Mis amigos, mis chicas, mis Lolis. Y mi familia. Además, en concentrado. Y además pidiendo y diciendo que les necesito y que me quieran. Y tengo la gran suerte de tenerlos. Han sido muy importantes en todo esto y lo van a seguir siendo, porque queda mucha vida, mucho que puede llegar y bueno.

¿Hoy cómo estás?

- Hoy, feliz. He superado la mañana con un aprobado, pero para mí es más que suficiente, he superado mi miedo, el que tengo a diario, pero hoy lo he vencido. Y contentísima de trabajar.

¿De dónde sacas la fuerza?

- De toda la gente maravillosa que me rodea. Nunca pensé que el amor de mi gente fuera tan incondicional. Esto me está ayudando muchísimo. Cuando te pasa algo muy grande, uno descubre que puede ser muy grande tú también para poderlo superar. Yo, en cambio, me he dado cuenta que soy muy pequeña, pero que la gente que me quiere es inmensa, y es la que me ha dicho: "Raquel solamente tienes que vivir y salir adelante, poco a poco".

Se han dicho muchas cosas, sobre la muerte de Mario, sobre tus vacaciones, sobre tu uso de las redes sociales…

- Yo estoy muy agradecida a todo el trato que me ha dado el sector profesional. Todo el mundo ha estado a la altura de las circunstancias, lo mismo que yo habría hecho con vosotros, mis compañeros, siendo periodista.

¿Nada ni nadie te ha hecho daño?

- No voy a contestar a eso.

Sorprende tu voz firme y tu rostro sereno.

- No es así todos los días… Pero la importante es la voz de hoy. Profesionalmente, es mi responsabilidad dar lo mejor de mí y es lo que voy a hacer siempre delante de una cámara, y si no me encuentro capaz de hacerlo, no estaré, no me pondré. Creo que puedo dar lo mejor de mi misma, lo demás, lo que sienta, se quedará en mi ámbito más íntimo.

¿Quieres centrarte en el trabajo?

- Necesito trabajar. El trabajo me ayuda mucho. Comprenderás que es normal que quiera tener la cabeza ocupada en otro sitio. Soy además una persona muy concentrada, que se prepara, que se documenta. Y eso me ayuda, me centra, me ayuda, me devuelve. Agradezco mucho trabajar.

¿En 'Acorralados', por ejemplo?

- 'Acorralados' no sé si está cerrado del todo, en el caso de que se llegara a cerrar, que no sé qué tiempos porque la tele está muy revuelta, yo levantaría mi mano y diría: ¡quiero trabajar!

¿Qué planes tienes?

- Por ahora voy a intentar recomponerme, que tengo muchas ganas de llegar al otoño fuerte y tener mucha serenidad, mucha fuerza, mucho tiempo, mucho cariño y mucho trabajo.

¿Vacaciones?

- Ahora mar. El mar me da paz. Bajo el agua. Meter la cabeza y no escuchar nada. Buscaré un lugar que me reconforte así.