No hay semana que Bertín Osborne no sea noticia. Ya sea por algún desliz desafortunado, un bombazo de algún invitado, o un susto por temas de salud, como ha pasado en esta última ocasión. En el programa de ayer, el presentador le hacía una visita a Joaquín Sánchez, jugador del Betis. Lo que se presumía un programa con un transcurso tranquilo y agradable, lleno de anécdotas divertidas, como nos estaban vendiendo en los avances, se truncó de tal forma que el programa acabó de la forma más inesperada y accidentada.
Cabe decir que Bertín Osborne siguió adelante con el plan de rodaje del programa, a pesar de que la noche anterior, en pleno concierto en el Liceu barcelonés, ya se encontraba fatal. Para contar lo que pasó hay que retrotraerse al 16 de enero, velada musical del crooner en la Ciudad Condal. Osborne sufría una gripe monumental, "estaba malísimo, me inyectaron Urbason [un antiinflamatorio]" y al día siguiente, durante la grabación no consiguió encontrarse mejor. "Me encontraba mal, mal que me desmayaba", confesaba.
Durante la comida que compartió con Joaquín, su mujer y su madre, el cantante no pudo aguantar más. Empezó a marearse y a punto estuvo de desvanecerse, por lo que pidió al equipo que pararan el rodaje "porque iba a pegar un 'petardo". El equipo se arremolinó alrededor de él, para asistirle en caso de desvanecimiento y dejó muy preocupados a sus compañeros de mesa, quienes le ofrecieron una habitación para que estuviera tranquilo y se recuperara. "No te preocupes ahora, ya se terminará más tarde y como se pueda", le decía el futbolista. Después de descansar unos minutos, "terminé como pude", afirma Bertín, a pesar de que "desgraciadamente, no hemos podido terminar como nos hubiera gustado", se lamentaba Joaquín.
![Bertín Osborne en 'Mi casa es la tuya'](data:image/svg+xml,%3Csvg xmlns="http://www.w3.org/2000/svg" viewBox="0 0 630 348"%3E%3C/svg%3E)
Bertín Osborne, indispuesto y con mala cara, en el programa de ayer de 'Mi casa es la tuya'.
Si el gripazo y el amago de desmayo no hubiera sido suficiente, Bertín llegó con unas heridas en la frente que se había hecho por culpa de unos cristales "demasiado limpios" y que no vio. "Últimamente limpian mucho las casas y el otro día le pegué un viaje a un cristal pensando que no había... pero sí que había", le explicaba al jugador gaditano. Definitivamente, hay días en los que mejor no sacar la cabeza de debajo de las mantas, para evitar estos accidentes.