Ana María Aldón se ha convertido en una de las concursantes revelación de ‘Supervivientes 2020’. Desde que comenzó el concurso, la mujer de Ortega Cano ha protagonizado más de una polémica que han puesto en el punto de mira su matrimonio con el diestro. Durante las primeras semanas en Honduras, la diseñadora y Antonio Pavón vivieron un acercamiento que hizo saltar las alarmas. Posteriormente, la poca defensa de la superviviente a Rocío Flores llegó incluso a dividir públicamente a la familia.
Sin embargo, todos estos grandes ‘momentazos’ que Ana María ha regalado a la audiencia estuvieron a punto de no producirse. La diseñadora tuvo que hacer frente a la negativa de José Ortega Cano a que se convirtiera en concursante de ‘Supervivientes’. Al diestro no le hacía mucha gracia que su mujer partiera en dirección a Honduras, pero su hija Gloria Camila le convenció. La joven participó en una edición anterior y se encargó personalmente de que su padre cambiara de opinión.
![Ana María Aldon](data:image/svg+xml,%3Csvg xmlns="http://www.w3.org/2000/svg" viewBox="0 0 861 475"%3E%3C/svg%3E)
“Entiendo que ella es más joven y que tuviera esa inquietud, pero claro, todos los de nuestra edad queremos que los demás vayan a nuestro compás”, aseguró Ortega Cano el pasado 2 de abril cuando entró por teléfono en ‘Sálvame’ para defenderse de todas las polémicas. Esta era la explicación que el diestro daba entonces a su negativa inicial. Sin embargo, no contó toda la verdad.
Según ha podido saber en exclusiva la revista Lecturas, el entorno de Ana María ha apuntado a que el motivo real por el que el diestro no quería que su mujer participara en ‘Supervivientes’ era el rechazo a que la diseñadora apareciera en televisión. “Es un hombre de los de antes, no le gusta que ella vaya a la tele, y menos para ayudarle”, han destacado personas cercanas a la pareja.
Unas palabras que hacen referencia a la complicada situación económica que está viviendo Ortega Cano. Ahogado por las deudas, no dispone de efectivo y la mayoría de sus propiedades están embargadas. De ahí, que por responsabilidad y necesidad, la diseñadora decidiera que era su momento para embarcarse en esta aventura, tal y como ya adelantó Lecturas, pese a la fuerte oposición inicial de su marido.