La sexta gala de 'Supervivientes 2018' ha supuesto la vuelta a Honduras de María Jesús Ruiz. Como ya os hemos ido contando, la concursante tuvo que viajar a España para acudir a los tribunales y verse las caras con Gil Salgado por un delito de malos tratos. Y aunque pensábamos que por motivos de aislamiento María Jesús no se habría enterado de que su expareja se ha quedado con la custodia temporal de su hija Alba mientras ella esté en el reality, resulta que sí que lo sabía.

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De ahí que cuando Jorge Javier Vázquez le ha dado la palabra para defender su nominación delante de la audiencia, María Jesús se ha derrumbado y ha sacado toda su ira y su rabia: "Quiero pedir que la audiencia me vote y me ayude. ¿Por qué? Porque ya no se trata solo de mí. Hay un ser muy pequeño que ha sufrido y está sufriendo porque la han arrebatado de su madre, ¿vale? Me han quitado a la niña temporalmente y sabes qué pasa, que yo ante un ser indeseable no me rindo y no voy a acatar ni un chantaje más".

Un alegato que, aunque interrumpido por las lágrimas, ha continuado bajo el asombro de sus compañeros: "Yo sigo aquí porque es mi derecho y mi obligación trabajar como madre que soy. Si acepto irme ahora el próximo trabajo también me lo van a quitar y no me da la gana. Joder. Así que por eso estoy aquí y me han quitado a mi hija y me han dicho que hasta que no pise España no me la devuelven. Pues no. Pues hasta el final".

Lo más impactante ha sido que tras estas palabras, María Jesús ha buscado la mano de Raquel Mosquera, que estaba a su lado. Ambas han entrelazado sus manos y ha quedado claro que en los momentos más duros, no hay enemigos que valgan.