Asegura Sonia Ferrer que si hiciera caso a todo lo que se ha dicho de ella desde que volvió de 'Mira quién salta' estaría con una camisa de fuerza dándose cabezazos contra la pared. Y es que, de febrero acá, su vida ha dado un vuelco y se ha convertido en el objetivo de los fotógrafos.

La noticia de su divorcio del médico Marco Vricella y el nacimiento de su amor por el jinete Álvaro Muñoz Escassi saltaron casi a la misma vez y aunque asegura estar en un momento “muy feliz porque estoy muy enamorada”, el proceso de divorcio de su marido se está dilatando y no termina de cerrarse. “No le reconozco. Jamás habría pensado que sería capaz de esto”, asegura de su todavía marido la presentadora, que lo que peor lleva en este momento, dulce también en el ámbito profesional, es que “se hable de mi hija en televisión”.

¿Descansando tras la guerra de 'El Campamento'?

- Pues hasta lo echo de menos (risas). Al principio fue un poco complicado, me dijeron que tenía que imponer un poquito de orden, pero aquello era bastante anárquico, así que controlarlos era imposible y me dije, “Sonia, toma otra táctica, juega”, y decidí disfrutar con ellos. Me divertí muchísimo. Me lo he pasado muy bien. Y me he reído.

¿Vuelves a la tele en breve entonces?

- Hay proyectos para dentro de poco, sí, pero hasta que no los empiezo es como si no tuviera nada.

¿Y qué te apetecería hacer?

- Llevo desde los veinte años en televisión, pero aún me quedan muchísimos registros que tomar y muchos formatos que probar. Me gustaría algo distinto, algo que aún no haya hecho.

¿Algo que ver con la interpretación?

- Siempre me ha encantado. He hecho series, diarias y no diarias, he hecho una peli, teatro,… Y con lo que más he disfrutado ha sido con el teatro, pero es evidente que con una niña pequeña, sola, es imposible plantearse hacer teatro e irme de gira. Tal como es mi vida en este momento, impensable.

¿Te ha afectado profesionalmente todo lo que ha ocurrido durante estos meses?

- Lo que me preocupó mucho fue que, de repente, las críticas eran constantes, y lo que estaba oyendo sobre mí no era cierto. Yo he intentado hacer las cosas bien, cuidar mi imagen, y sí que me preocupaba que la gente tuviera un concepto muy equivocado por culpa de aquellos que mentían sobre mí sin conocer ni el 80% de los hechos. Durante mucho tiempo he tenido mucho miedo.

¿Y ahora?

- Ahora estoy feliz porque soy una persona optimista, pero estoy atravesando un momento muy complicado. Estoy en pleno divorcio y está siendo muy difícil. No es para nada amistoso y hasta que este tema no se resuelva, no estaré bien del todo. Estamos jugando con lo más importante de mi vida. Estamos hablando de mi hija.

¿No hay acuerdo a la vista?

- Lo intentamos durante meses. No fue posible. No nos ha quedado más remedio que poner cada uno una demanda y que sea el juez quién se pronuncie.

¿No hay contacto entre Marco y tú?

- Hablamos a través de los abogados y por 'whatsapp' cuando tenemos algo de la niña. Nos habrás visto con ella y nos verás más veces, porque juntos tenemos a una hija pequeña. Te mentiría si te dijera que tengo una buena relación con él. No tengo una buena relación. No la hay. Pero tenemos una niña que es lo que prima; su interés, su bienestar. Ella sigue sin enterarse de nada, de ninguna discusión ni de nada, y así tiene que ser.

¿Nadie afloja la cuerda?

- Qué aflojar ni qué tirar. Aquí todo el mundo ha hablado sin tener ni idea de cifras ni de nada. El problema de cuando un divorcio es difícil es por dos motivos: por dinero y por los niños. Yo, por las dos cosas.

¿Te imaginabas esto?

- Jamás me lo habría imaginado. En la vida habría pensado que iba a ser así.

¿Está mal asesorado?

- Eso depende de cuál sea su objetivo. A lo mejor es que está muy bien asesorado.

¿Despecho, quizás?

- No lo sé. No hablo con él, no discuto con él. Sé que no hemos llegado a un acuerdo de divorcio y que un juez que no nos conoce de nada va a resolver lo que va a ocurrir con mi hija, y eso es una pena.

¿Eso no lo ve él?

- No lo sé. No le reconozco. Es otro hombre. No sé quién es. Una persona a la que has querido tanto, que has estado como yo he estado con él, que los dos nos hemos querido muchísimo, que solo nosotros sabemos lo que hemos luchado por tener una hija… Que al final -por los motivos que sean se ha roto el matrimonio, que no quiero analizarlo ahora, pero que ha fracasado- ¿por qué llegamos aquí? Creo que al final es cómo te enfrentas a un fracaso lo que te define.

¿Quizás la aparición de Álvaro fue lo que desbarató todo?

- Habría sido igual. Exactamente igual. Marco no quería divorciarse.

Pero a Marco se le empiezan a conocer compañías femeninas.

- Eso de que empiezan ahora a conocérsele… Pero zanjemos el tema. Por Dios, que sea feliz. Es el padre de mi hija. El hombre con el que la tuve, al que he querido muchísimo, y con el que tendré que hablar toda la vida porque es el padre de mi hija. Si algo le deseo es que sea feliz. Que rehaga o no su vida, pero que sea feliz.

Y con Álvaro, ¿es como imaginabas?

- Es muy detallista. Es una persona muy cariñosa. Es muy bueno. A mí me sorprende a diario.

¿Te gustaría formar una familia con él?

- ¿Hijos? Es algo que por supuestísimo no me he planteado. En un futuro no lo sé. He dejado de hacer planes porque cuando haces planes se acaban estropeando. Voy a seguir peleando por ser feliz, por hacer las cosas bien, pero volver a ser madre…

¿Qué te regaló Alvaro por tu cumpleaños?

- Un anillo, que aún no llevo porque me iba grande, y un colgante.

Se os ve tan unidos que parecéis matrimonio, una familia.

- No es que actúe como una familia, es que tengo una relación con él. Tengo una vida muy normal con él. Con él, con mis amigos, con mi familia, con mi trabajo. Como la de cualquier otra chica que necesita cerrar una etapa para ser feliz completamente.

Lleváis juntos seis meses. Seguro que hubo quien, por la fama de conquistador de tu chico, no se jugaba un duro por tu relación.

- No hace falta que nadie me diga quién es Alvaro porque la fama la precede. Pero le conozco yo y la relación que tenemos solo la conocemos nosotros. No me preocupa lo que piensen los demás, su tuviera que hacerlo, llevaría una camisa de fuerza y me daría golpes contra la pared.

¿Estás segura de su amor?

- Estoy segura de él.