Es difícil que Shakira se abra en canal como lo ha hecho en una entrevista con el diario argentino Clarín. La colombiana valora su intimidad y trata de defenderla lo máximo posible. Pero es consciente del interés que despiertan ella y su familia, por lo que poco a poco va arreglándoselas para contentar a todos los frentes: el que demanda más información y el suyo propio. Así está educando a sus pequeños para que sean amables con prensa, fotógrafos y fans ávidos por cruzarse con los Piqué Mebarak. “Por lo pronto, yo les enseño a mis hijos el buen trato con la gente que se les acerca, que siempre se muestren amables y cordiales cuando los saludan. A Milan le gusta muchísimo la gente. Me salió un niño muy sociable. Como le gusta tanto recibir el cariño de la gente, intentaré siempre protegerlo del agobio de la fama”, cuenta. Y es que Shakira lleva lidiando con el miura de la popularidad desde que era una adolescente y comenzó a patearse escenarios. Ahora, a los 38 años, ha aprendido a agudizar el ingenio, y mucho más desde que el interés que despierta se disparó tras su relación con el defensa del Barça. “Hay que ser muy creativo siendo famoso para encontrar los momentos de privacidad, para estar con tus amigos a solas. Con los años aprendes a ingeniártelas, ¿sabes? Pero lograr la privacidad total, total… Quizá ese objetivo sea la parte más difícil de nuestra vida en común como familia.”

En la misma entrevista asegura que ser madre le ha cambiado hasta su manera de trabajar. La artista siempre ha tenido fama de organizada (“la organización es la verdadera felicidad”) y tener a dos niños pequeños en casa, digamos, que le ha dinamitado sus esquemas. Reconoce que es complicado escribir música con todas las distracciones que acarrean los pequeños, y cuenta para ilustrarlo esta anécdota. “La última vez que intenté hacer una canción estaba en el auto con Milan. Se me ocurrió una melodía y él estaba cantando el Himno del Barça a los gritos, así que tuve que parar y memorizar la melodía hasta que llegamos a la casa. Al final, llegué y nada, se me fue la inspiración (…) Es un problema que tengo ahora, cómo hacer música y criar a mis hijos al mismo tiempo, pero es un buen problema para tener, no me quejo.” Sabe terminará encontrando la forma de que todo salga adelante, su trabajo, la educación de Milan y Sasha y hasta de encontrar ese tan ansiado tiempo para ella.