Los problemas se le acumulan a la hija del marqués de Larios. Sandra Fernández de Villavicencio, además de verse obligada a resituar su vida tras haber sido desahuciada de su casa por su propio padre, también ha tenido que enfrentarse a un nuevo contratiempo. Uno de los contratistas que ha hecho reformas en su casa le pide el dinero impagado justo cuando estaban las cámaras delante. Una tensísima situación que la heredera ha querido desviar situando el foco sobre su padre...
Dos veces tuvo que acudir la policía a la casa que ocupaba Sandra Fernández, hija de José Carlos Fernández de Villavicencio, marqués de Larios. Los agentes debían proceder al desahucio de la joven y su hijo pero la presencia de animales sueltos en el terreno se lo impidió. Crecía la incertidumbre ante el futuro de la familia. ¿Dónde iba a residir a partir de ahora? Pese a los intentos de resistirse, finalmente los agentes consiguieron acceder al domicilio y desalojarla junto al pequeño Kenzo, de tan solo seis años.
Sin techo y con las pertenencias dentro del hogar familiar, Sandra se dirigía a la prensa para narrar su versión de los hechos. Fue entonces cuando, de repente, saltó una voz detrás de las cámaras. “Yo soy uno de esos”, explicaba un joven. Al parecer, la hija del marqués no ha pagado algunas reformas que ha realizado en la casa. “2.000 euros es lo que tenemos pendientes”, especificaba ante la sorpresa de Sandra, que aseguraba no haberle visto nunca, según recoge ABC.
“Creo que teniendo la situación que tienes, no deberías contratar lo que has contratado”, reprochaba el contratista. “Tenemos audios tuyos pidiendo y exigiendo los trabajos. Se te ha cumplido al cien por cien”. El empresario recalcaba la contundencia con la que, al parecer, la heredera había reclamado el cumplimiento de estas obras. “He ido varias veces a tu casa y no me han abierto”. Fernández desconocía, según su versión, esta situación y reenviaba al joven a que hablase con su padre.
Deudas también en casa
“Conozco a las empleadas que tienes, a una de ellas no le has pagado. Lo sé yo y lo sabe todo el mundo. Lo que me parece mal es que, en la situación que estás... A lo mejor no es culpa tuya, pero no pidas trabajos cuando no puedes pagar”, le aconsejaba visiblemente enfadado. “Yo no tengo la culpa. Son 2.000 euros que necesita mi familia”. La heredera del marquesado se mantenía firme y continuaba culpando a su padre de todo. “Lo que hay que destapar es que deje de hacerse el pobre”.
Un nuevo conflicto que sobrevuela su complicada existencia. Fernández de Villavicencio y su hijo permanecen en casa de un amigo tras haber perdido la suya. “No tengo techo ni sé qué voy a hacer”, se lamentaba en declaraciones al mismo medio. La solución, desde luego, no es sencilla.