No es la primera vez que sus compañeros de ‘Sálvame’ recuerdan aquella vez que Lydia Lozano, que pretendía tener un bonito detalle de agradecimiento con Mila Ximénez acabó provocándole una intoxicación. Nunca el concepto 'regalo envenenado' ha sido tan literal. “No quiero ni acordarme de lo que pasó porque una vez al año sale el tema…”, dijo la periodista. Y ayer fue el día de recordarlo.

 

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Entre regalos de agradecimiento y sobornos

La tarde iba de regalos de agradecimiento y sobornos. La veda la abrió la propuesta que Mónica Hoyos deslizó a Kiko Hernández: si me defiendes a capa y espada, te regalo un reloj valorado en más de 6.000 euros. Una propuesta que le hizo llegar al colaborador a través de Rafa Mora y que el colaborador rechazó de pleno. 

 

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Estos gestos y detalles no son raros

A menudo, quienes han participado en un reality suelen tener gestos de agradecimiento con aquellos periodistas o colaboradores que les han apoyado y defendido mientras ellos no podían hacerlo. Parece que no es raro que, después del concurso, les hagan entrega de regalitos o les inviten a copiosas comidas. 

 

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mila ximenez lydia lozano 4

En el caso de Lydia y Mila, esto se dio porque la segunda interfirió para que Julián Muñoz le quitara a su compañera una demanda millonaria, “¿y qué gesto tuvo Lydia Lozano con Mila? Le regaló una cena. Un poquito de jamón y poco mas”, apostilló Kiko, metiendo el dedo en la llaga.

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Una cena... con sorpresa

Entonces Lozano se quiso defender: “Yo le dije a Mila ¿quieres un bolso, o una cena? Y eligió una cena. Tambien fue Jorge, Raúl, David Valldeperas. La cena no fue una hamburguesa, fue en un restaurante en la Moraleja y fue cuantiosa. Yo me fui de la cena, y dije que todo lo que se consuma, mañana vengo a pagarlo”, se excusó. Pero el problema parece que no estuvo en la cantidad, sino en la calidad…

 

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¡Había sido intoxicada!

“Al día siguiente, Mila dijo que vaya mierda de cena, parece que había un alimento en mal estado”, así que la que debía ser agasajada lo que acabó fue intoxicada. Cuánto no se arrepentiría Ximénez de haber aceptado el bolso cuando tuvo ocasión. Ya ha aprendido la lección.