Mario Biondo falleció el penúltimo día del mes de mayo del 2013. Casi tres años más tarde, su muerte parece que sigue siendo un misterio. Para la justicia española no hubo duda: lo suyo había sido un suicidio, quizás no provocado adrede, quizás solo fue un juego que se le fue de las manos. Pero los italianos no lo tienen tan claro. La familia del cámara quiso que la Fiscalía de Palermo reabriera el caso y solicitó otros dos informes forenses, y precisamente de ahí se extrajo que Biondo pudo haber sido asesinado.
El lunes 18, dos fiscales italianos se trasladaron a Madrid para tomar declaración a 10 personas, entre las que se encontraba la presentadora Raquel Sánchez Silva. La que se convirtiera en madre de gemelos en septiembre, estuvo reunida con los fiscales durante más de dos horas en los Juzgados de Plaza Castilla, donde contó cómo había vivido los hechos.
Además de ella, la limpiadora que halló el cuerpo, el mánager de la presentadora, comerciantes de la calle en la que vivía el matrimonio y hasta dos periodistas que hablaron de lo sucedido en Twitter, también tuvieron que presenciarse. Las comunucadoras fueron llamadas a declarar por unos tweets en los que se leía cosas como estas, “una amiga pudo leer el informe y flipas lo que pone. La reputación de ella se hunde si se sabe todo lo que hay”. Interesaba saber a qué se referían y qué dejaban entrever en sus mensajes haciendo una declaración jurada.
En el juicio por Biondo todavía no está todo dicho. La familia, la madre, padre y hermanos del camarógrafo, han removido cielo y tierra para que se demuestre eso de lo que ellos llevan convencidos casi tres años: que en el fallecimiento de Mario hubo involucrada otra parte.