María Jiménez, apoyada en la barra de ‘First Dates’, ¿estamos soñando? ¿se trata de una fantasía hecha realidad? No, pero casi. La artista revolucionó el programa de las citas de Cuatro con su paso por el restaurante del amor, aunque su intención era otra…

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María acudía al programa en calidad de asesora de su vecina Encarni, que está deseosa por encontrar pareja y se fía del buen ojo clínico de su amiga. Jiménez fue la encargada de recibir al pretendiente de Encarni, a quien, pese a que opciones no le faltan, lo que sí le escasean son hombres dispuestos a comprometerse. Y ahí tenemos a la del ‘Se acabó’, cuya sola presencia ya impone lo indecible aún sin traje de pavo real, echándole una mirada de rayos X a Juan, la cita, que se quedaba de una pieza al verla esperándole en la barra. “Tierra trágame”, decía el granadino, pues estaba ante uno de sus grandes ídolos y pensó, en un primer momento, que ella sería su pareja para la noche. Jiménez, en su papel de perfecta alcahueta, quiso saber todo sobre el plausible novio de su vecina: de dónde venía, a qué se dedicaba, sus aficiones y, claro, Juan sin querer preguntar si la velada la tendría solo con ella o con otra persona ¡cualquiera interrumpía a María!

Y tras el ‘interrogatorio’, María ejecutó su veredicto: “a Encarni no le va a gustar”. Y así fue. La sevillana, en cuanto le vio, pensó que no era su tipo, y, cuando le conoció un poco más se reafirmó, “no tendría una segunda cita con él porque no he sentido la chispa entre nosotros”. A casa se volvió con su amiga, y sin perspectivas de novio.