Toda realidad se puede describir y reducir a números y la boda del príncipe Harry y Meghan Markle no va a ser menos. La pareja protagonizará este sábado 19 de mayo en la capilla del castillo de Windsor el enlace del año. No solo es una expresión del amor de dos jóvenes enamorados, sino un negocio redondo y millonario que está moviendo desde el 27 de noviembre, día que anunciaron su compromiso nupcial, un pastizal astronómico con la pretensión de obtener beneficios que pulvericen el rendimiento de pasados enlaces reales.

Millón de euros arriba o abajo, el coste de la boda de Harry y Meghan se ha estimado entre los 34 y 36,5 millones de euros, de los que prácticamente su totalidad estarían destinados a la seguridad. El desembolso puede resultar escandaloso para el ciudadano mundial medio, pero no para la casa real británica, una marca en sí misma, y cuyo aporte a las arcas públicas del país es enorme. Según LOC, si la institución contribuye a la economía nacional con unos 2.000 millones de euros anuales, este 2018, sometido a lo que han llamado 'el factor Meghan', los Windsor ya han aportado al erario público alrededor de 1.000 millones de euros más. Y solo estos días. No cabe duda de que los 330 millones de euros que la familia real cuesta cada año a los contribuyentes británicos se convierten en pura calderilla tras comprobar los números que manejan. Asimismo, los expertos calculan que el enlace de los futuros duques de Essex recaudará aproximadamente 1.197 millones de euros. Por otra parte, LOC publica que la Oficina Nacional de Estadísticas de Reino Unido estima que aportará 572,5 millones de euros al país.

Usando visión de microscopio, estas abultadas ganancias provienen principalmente de la publicidad, el merchandising y el turismo, que arrastra también al comercio y la hostelería. Pero si hay un sector que se dispara especialmente gracias al 'factor Meghan' ese es el del 'retail'. Desde que Meghan Markle empezó a relacionarse con el príncipe Harry, y más acusadamente, desde su compromiso, no hay 'look' suyo que no sea susceptible de ser copiado. Millones de clientes a lo largo y ancho del planeta dejan sin existencias las tiendas donde se encuentra la ropa y los complementos (o sus versiones 'low cost') que ha lucido en sus apariciones públicas.

¿Y qué más números se están moviendo en la partida de gastos de la boda de Meghan y Harry? Si finalmente Markle opta por llevar un vestido de novia diseñado por Ralph&Russo, su valor rondaría los 115.000 euros. Un precio muy lejano a los casi 290.000 euros que costó el vestido de su cuñada Kate Middleton, firmado por Alexander McQueen. Precisamente, alquilar un balcón con la mejor ubicación para ver la boda costará lo mismo que el vestido de Meghan.

Artículo recomendado

El príncipe Carlos llevará a Meghan Markle al altar en su boda con el príncipe Harry

Meghan Markle 02

Es cierto que lo que se celebrará este fin de semana es una nueva página dentro de la historia en común de Harry y Meghan, pero la pareja ha decidido firmar un acuerdo prematrimonial, a pesar de las reticencias del nieto de Isabel II. Si decidieran poner fin a su unión, la actriz se llevaría el 10% de patrimonio de Harry y se ha calculado que serían unos 3'5 millones de euros. La fortuna del príncipe está valorada en 30,5 millones de euros, de los cuales diez millones son la herencia que recibió tras el fallecimiento de su madre, y el resto son inversiones.

El pequeño pueblo de Windsor se prepara para recibir a las más de 500.000 personas que quieren estar presentes en este momento histórico, y se ha vestido de gala gracias a las 200.000 flores que están colocando sesenta floristas entre las calles de la localidad y la capilla de San Jorge. El coste de los arreglos florales supera los 125.000 euros.

Los invitados al banquete nupcial, entre los que se encuentran Elton John, David y Victoria Beckham y Cara Delevingne, no van a pasar hambre ni sed gracias a los 28.000 canapés y las 16.000 copas de 'champagne' que les servirá el servicio del castillo de Windsor que doblará su número de quinientos a mil camareros.

Nada es suficiente para un evento de interés mundial que se espera que siente frente a sus televisores a alrededor de 162 millones de personas.