El próximo 7 de diciembre Norberto Ortiz Osborne, más conocido como Bertín Osborne, el Último de los Grandes Galanes, cumple 61 años. Otros años su aniversario ha pasado de forma más o menos discreta, rodeado de los suyos, en la intimidad de su casa, firmando cartas de admiradoras y enviando patas de jamón de su propia línea de productos 100% made in Espein para las cestas navideñas de empresa.

Pero este año es diferente, porque Bertín (y su familia) tienen mucho que celebrar. Tras años centrado en su familia y en el teatro, el jerezano ha vuelto a lo grande para poner este 2015 su pica en Flandes.

Desde hace semanas conduce el programa de entrevistas más visto de la televisión (Pablo Motos y Risto Mejide ya están poniendo sus barbas a remojar). 'En la tuya o en la mía' se ha convertido en todo un fenómeno televisivo con la más simple de las premisas: yo (Bertín) pongo el vino y los embutidos y tú (el invitado de turno, ya sea Mariló Montero o el susodicho Pablo Motos), los titulares. En TV1 todavía no dan crédito del exitazo conseguido.

Su línea de productos gastronómicos batirá récords esta Navidad y no habrá mesa en la Piel de Toro que no tenga alguna de sus 'delicatessens' con denominación de origen 'Al Andalus'. En breve, además, sacará nuevo disco al mercado. Y ojo, las rancheras son cosas del pasado: Bertín se va a poner un traje de 'Crooner' (así se llama el disco, además) y en los zapatos de Frank Sinatra para reescribir a su manera la historia de la canción ligera. Qué tío.

 

  Bertin Osborne un señor de los de antes

En vista de que el 2015 pasará a los anales como 'El año Bertín' y que en años futuros será estudiado en los colegios como un notable caso de resurrección y re-conquista a las puertas de la tercera edad (¿alguien lo duda?), hemos querido repasar su atribulada vida. Una vida que, por unas cosas o por otras, tiene un poco tinte de culebrón. Pero, ¿qué otra cosa podíamos esperar del gran galán ibérico?

Es un truhán, es un señor

Era Julio Iglesias el que cantaba aquello de "me gustan las mujeres, me gusta el vino", pero la letra de este hit es perfectamente adaptable a la biografía de nuestro Bertín. Varias generaciones han suspirado cada vez que esos ojos azules han cantado 'Buena suerte, señora" deseando en su ínterin (y en su útero) ser la "señora" de la canción.

Por sus brazos pasaron innumerables mujeres. Algunos líos famosos no se llegaron a confirmar, como el de Mar Flores o Alicia Koplowitz. Con otras tuvo relaciones duraderas que, pese a alargarse en el tiempo, no llegaron a cuajar, como fue el caso de Arianne Brown, con la que estuvo en una relación intermitente que duró nueve años y con la que estuvo a punto de casarse en 1993.

Sin embargo, dos han sido las mujeres de su vida: su primera esposa, Sandra Domecq (que falleció en 2004) y su actual mujer, Fabiola.

Sandra y Bertín se casaron en 1977. Al año siguiente serían padres de un niño, Christian, que falleció a los pocos meses de nacer. Juntos tendrían tres hijas más: Alejandra, Eugenia y Claudia, de las que recientemente ha dicho que tienen "vocación de conejas" porque no hacen más que darle nietos. Qué manía tienen las mujeres, ¿eh Bertín? todo el rato teniendo hijos.

La relación con Sandra se rompió en 1988 y ella llegó a pedir la nulidad matrimonial. Su muerte, sin embargo, fue un duro golpe para el galán.

La estabilidad volvería de nuevo con la venezolana Fabiola Martínez, con la que se casó en 2006. Juntos tendrían al pequeño Kike y a Carlos. La llegada de Kike les cambió súbitamente la vida: el niño nacería prematuro con lesiones cerebrales y los médicos no les garantizaron que sobreviviera. Sin embargo, Bertín y Fabiola se volcaron en él y, a día de hoy, su evolución es positiva.

  Bertin y Fabiola

Concienciados con este problema, el matrimonio creó la Fundación Bertín Osborne, para ayudar a niños y familias con los mismos problemas. Esta causa y la recuperación del pequeño Kike han tenido muy ocupado a Bertín en los últimos años, pero el galán ha vuelto a la palestra para demostrar que no hay nada que se le resista. 

En los 90 se puso el traje de Cupido para juntar parejas imposibles en 'Contacto con tacto', más tarde se disfrazó de algo que todavía no hemos conseguido entender en 'Scavengers' y más tarde hizo de maestro de ceremonias de galas para imitar a famosos, en versión adulta en 'Lluvia de estrellas' e infantil en 'Menudas estrellas', entre otras muchas cosas (galas veraniegas, entregas de premios, culebrones allende los mares... Bertín vale para todo). Ahora se ha convertido en el entrevistador definitivo explotando ese rollo campechano que le ha definido toda la vida. Los invitados hablan con él como si se lo hubieran encontrado comprando el pan y sus encuentros tienen cierto olor a pan con ajo con su chorrito de aceite.

Pronto, además, se echará a la carretera para presentar su disco de canción ligera americana con una 'big band'. Y eso que alguien le dijo que un español nunca podría hacer un disco decente de jazz. Pero se equivocaban, él no es un hombre normal. Es Bertín, Bertín Osborne. El mismo que se bebe los chatos de vino dulce mezclados, no agitados.