Se había generado una enorme expectación. Pilar Eyre, nuestra Pilar Eyre, se sentaba en el Chester de Risto para ofrecer su entrevista más sincera. Un titular sobrevolaba incluso antes de que se emitiese el programa -la magia de los cebos-: el rey emérito tenía un hijo/a secreto/a. Con este gancho, como para perderse el programa. Pero todos aquellos que no se habían quedado prendados de la periodista iba a encontrar a una Pilar en estado puro. Divertida, irónica, mordaz, pero también emotiva, directa y capaz de abrirse ante el mundo como si nadie la estuviese mirando. Así son las grandes...

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Risto Mejide

Si algo queda claro tras ver el paso de Pilar Eyre en el Chester es la enorme capacidad como narradora de la escritora. No es algo que nos pille de nuevo -una no es finalista del Premio Planeta por carambola-, pero sí digno de mención. En cosa de media hora, Eyre consiguió dejarnos pegados al sillón con un dominio del tiempo, el lenguaje y las formas como pocas veces vemos en televisión. Contó una historia -su historia- como si estuviese escribiendo su próxima novela. Por cierto, saldrá en febrero y parece que va a hacer temblar los cimientos de la casa de los Borbones.

La periodista acudía el programa con la excusa de hablar de los hombres pero aprovechaba el momento para hacer un repaso exhaustivo a su larga trayectoria, tanto vital como profesional. Se sinceró sobre su primer enamoramiento -¡con cuatro años!-, sobre la primera vez que ligó por internet y sobre los romances que han ido marcando su devenir. También sobre sus matrimonios y las veces que, como mujer, había sido víctima del machismo.

Divertida como nadie, hizo que el público se carcajeara con sus peripecias para camuflar su edad a un pretendiente más joven. ¿Quién iba a pensar que, momentos después, acabaría removiéndonos por dentro con uno de los momentos más duros que hemos visto en televisión? Desde casa puede parecer sencillo. No lo es. Abrirse en canal obviando las cámaras es un acto de valentía. Y ahí, a Pilar tampoco le gana nadie.

Estuve casada muchos años con el padre de mi hijo”, comenzó a narrar. “Nos separamos y pensamos que merecíamos una oportunidad fuera del matrimonio. Al cabo de cuatro o cinco años, él cayó enfermo, con una enfermedad incurable y volvimos a casarnos. Dijo que quería morir siendo mi marido”. El presentador aguantaba la respiración mientras Pilar hacía lo propio con las lágrimas. “Muy poco antes, quince días antes de que se muriera, nos casamos en el hospital”.

De fondo, el público se secaba las lágrimas -seguro que los espectadores también; muchos lo hicimos-. “Cuando volvió mi hijo de la semana blanca le dije: papa está enfermo. Y ese, Risto, ha sido el momento más duro de mi vida”. No se imaginaba Pilar que, entre bambalinas, era su propio hijo el que estaba escuchándolo todo. Tampoco se imaginaba que, minutos después, terminaría llorando de puro orgullo.

Pilar Eyre

“Yo estaba leyendo y, de repente, levanté la vista del libro y dije 'qué pasa, hay algo distinto a hacer media hora'. El silencio. Se había apagado la respiración de mi marido y yo, leyendo a su lado, no me había dado cuenta”. Twitter, ese altavoz de los que vemos la televisión en soledad, destacaba la sinceridad de la escritora. No era para menos. De golpe aquello del hijo o hija -bueno, hija, que se le escapó- del rey emérito carecía de tanta importancia.

Pero una pequeña encerrona iba a cambiarlo todo. De repente, Ferrán, el hijo de la periodista, hacía acto de presencia en el plató para decirle todo aquello que, muchas veces, los hijos no decimos a nuestras madres. “Sabíamos que te iba a gustar, pero no tanto”, bromeaba Risto ante una Pilar que casi ni respiraba. “Ahora no me voy a creer nada de lo que me diga si ha podido engañarme con esto”, le respondía esta no sin menos guasa.

Pasa el tiempo y nos sigue constando rendir los homenajes que la trayectoria de la gente se merece. Por suerte, ocurren entrevistas como estas. Grande, Pilar. Y ya sabes, 'no es por maldad'.