Pastora Soler se abre en canal y relata su testimonio más terrible

La cantante se ha sincerado en 'Mi casa es la tuya' sobre el peor momento de su vida, cuando no tuvo más remedio que retirarse de la vid pública

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Fue una imagen que nunca conseguiremos olvidar. Pastora Soler caía presa de la tensión y se desmayaba en el escenario. El pánico se adueñaba de la sala y las redes sociales preguntaban qué estaba ocurriendo. Aquello fue el punto de inflexión en su carrera. La cantante tocó fondo y se retiró de la música. Por suerte, ha conseguido volver. Ahora, mucho más fuerte que antes, ha decidido contar todo lo que ocurrió en Mi casa es la tuya. Una tragedia que, sin duda, ha marcado su vida...

No podía seguir cantando”. Pastora Soler intentaba reprimir las lágrimas al recordar su episodio más duro pero no lo conseguía. Han pasado ya años y está más feliz que nunca, pero remover los sentimientos y retrotraerse hasta aquellos instantes fue demasiado para la cantante. Ni la tranquilizadora presencia de Bertín Osborne conseguía calmarla. Soler contaba cómo fue aquel desmayo en el concierto de Sevilla, delante de toda su familia y amigos, y cómo volvía a ocurrirle meses después en Málaga.

“Tenía la voz como un tiro”, afirmaba. “No podía seguir cantando pero de la misma tensión”. Soler tuvo que parar en mitad de un concierto y salir del escenario. “El primero que me recibió fue mi hermano, que estaba siempre pendiente de mí”, confesaba emocionada. Era él el que relataba el impacto de la situación. “Ese momento de verla en el camerino tirada en el suelo...”, explicaba. “Uno de los momentos más difíciles y duros”.

Tengo la imagen de meterme debajo de la mesa”, continuaba Pastora. “Me metí debajo de la mesa porque, si hubiese habido algo allí, me hubiese quitado la vida”. La cantante se abría en canal y reconocía que no podía más, que tras los durísimos meses que estaba pasando, solo tenía ganas de desaparecer. “¿No me puede tragar la tierra y que me quite de en medio ya?”, pensaba en aquellos momentos. “Cerré los ojos, me vistieron y yo no quería saber nada de nadie. Me metí en el coche y no abrí los ojos hasta que no llegué al hotel”.

Allí estaban sus padres, con las caras desencajadas, sufriendo por su hija. “Esa noche no dormí. 'Hasta aquí he llegado, no puedo más'. Cogí el teléfono. Yo tenía que darle una explicación a mi gente. Contarles lo que me estaba pasando. Escribí un comunicado sin consultarlo con nadie”, confesó. “La que se lió fue...”. Su familia no tuvo más remedio que aceptar la decisión de Pastora: dejaba la música después de veinte años.

El descanso le vino muy bien. Tuvo a su hija y poco a poco, la cantante ha ido retomando su camino, volviendo a ser la que era. Nos alegramos mucho. ¡Grande, Pastora!

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