Mónica Randall: "Me he equivocado mucho en la vida y, si la repitiera, lo haría mucho mejor"

Mónica Randall y José Sacristán

La actriz protagonizó el momento más emotivo de la gala al recibir el premio de manos de su expareja José Sacristán y habló con Lecturas de sus pasión por viajar, el amor y los errores de su vida.

 

Era su noche y no hubo quién la eclipsara. Mónica Randall (72) recibió ayer el Premio Sant Jordi a toda su carrera, que otorga Radio Nacional de España (RNE) y que se celebraron en Barcelona. Y junto a ella quiso estar el actor José Sacristán (77), su pareja durante la época en la que rodaron una de las películas donde más brilló la actriz, ‘La escopeta nacional’ (1978). Sacristán le dedicó unas tiernas y emotivas palabras antes de entregarle el galardón: “Es una cómica de raza, con una belleza sin igual y por la que siento un cariño muy, muy especial”. Mónica Randall puso al público en pie y con la voz casi quebrada por la emoción del momento, pero sin perder la elegancia y la compostura que siempre le han caracterizado, confesó sentirse “muy honrada, porque este premio significa que he dejado un hueco en el corazón de la gente”. Y correspondió a las palabras de su gran amigo José diciéndole “te admiro siempre y mi cariño es eterno”. Con ella tuvimos esta reveladora entrevista durante el encuentro matinal con la prensa y nos confesó qué está sola, porque “el amor siempre le ha complicado la vida”.

 

Estará contenta con el reconocimiento a todo su trabajo…

-Lo estoy. Siempre hace mucha ilusión que la gente se acuerde de una, porque quiere decir que lo hacen con cariño y me tienen afecto y respeto.

 

Hay a actores que estos premios les da vértigo, ¿a usted no?

- ¡A partir de una edad lo que hay que esperar son premios a toda una trayectoria! Y eso tiene que hacer ilusión. Significa que estás vivo y que has dejado huella.

 

Y no solo encantada, la veo radiante. No serán solo los viajes lo que la mantienen tan joven, ¿cómo lo hace?

-[Risas] Pues son los viajes y la herencia genética que conmigo ha sido muy buena. Tengo buena piel por parte de mis padres, sobre todo de mi padre, que la tenía maravillosa. Tampoco tomo el sol, para no dañarla, y me cuido: no fumo, bebo poquísimo, llevo una vida sana… y viajo por el mundo.

 

¿Y por qué lugares se ha perdido esta vez?

-Acabo de estar en el Tibet y en Buthan, país donde sus habitantes tienen la obligación de ser felices. Es un país ideal con un espíritu puro. Desde que tengo memoria, he tenido esta necesidad de viajar. Mis padres me enviaron con catorce años a estudiar a París y desde entonces no he parado, ni siquiera cuando trabajaba o vivía en pareja. Soy una viajera, no una turista.

Y con todo lo que viaja y lo mucho que le gustan los animales, ¿por qué no pide hacer un programa de televisión con esta temática?

-Pues, mira, hoy mismo se lo pido a los de Televisión Española y a ver si me lo dan. [Risas]

 

Y también adora a los animales. Seguro que tiene muchos en casa…

-Tenía perros, pero ya no, porque lo pasé tan mal cuando mataron a una ellos, que era hembra. Lloré tantísimo, fue tan brutal que no quiero volver a pasar por ello. Y viajando como viajo tampoco puedo tener ahora animales, ¿a quién se los dejaría? No tengo pareja y no tendría quién me los cuidara. Y aun teniendo pareja, la he dejado en casa y me he ido a viajar. [Risas]

 

Ha sido muy consecuente y honesta con su vida. Se ha valorado siempre, ha elegido trabajar en lo que ha considerado que valía la pena, se está realizando viajando, ¿en el amor ha sido también así o le ha costado más?

-¡Uy, eso se da o no se da! Ahora no tengo ganas de enamorarme, porque el amor siempre me ha complicado la vida, siempre y afortunadamente. Ahora llevo una vida muy tranquila y esta película del amor ya la he interpretado muchas veces, y está muy bien, pero por ahora tendría que encontrar a un alma gemela, que me dejara mi espacio y no fuera muy pesado… [Risas]

 

Este Sant Jordi a toda una carrera invita a hacer balance de su vida, ¿volvería a repetir todo lo que ha hecho de la misma manera?

-Me he equivocado mucho y lo haría mucho mejor.

 

LOS OTROS PREMIADOS

Los otros protagonistas de la noche de la 59 edición de los Sant Jordi de Cinematografía fueron Raúl Arévalo (35) y Javier Gutiérrez (44), que recogieron de manos de Antonio Resines, quien llegó con muletas, el premio compartido a mejor actor por su excelente trabajo en ‘La isla mínima’. Durante la distendida rueda de prensa anterior a la gala, Raúl bromeó diciendo que lo que más le había gustado de rodar ‘La isla mínima’ era verse correr en pantalla grande y con tanto estilo por Las Marismas del Guadalquivir. La bella y espontánea Ingrid García-Jonnson (23) se hizo con el mismo premio pero en la categoría femenina por su conmovedor papel de joven embarazada en ‘Hermosa juventud’ y, en su discurso de agradecimiento, se acordó de “todos los jóvenes que luchan cada día” y agradeció que el jurado haya sido tan valiente “por dárselo a una persona desconocida hasta hace un año”.

 

Por Glória Fernández

Loading...