Mila Ximénez nos recibe en su paraíso marbellí, el cielo al que se escapa siempre que necesita desconectar del terrenal ruido. Con nueva imagen y más tranquila que nunca, nos habla sin tabúes de sexo y de amor, de Carlos Lozano, y de su pasado en ‘Crónicas marcianas’.

Nos recibes en tu refugio, en Marbella.

Vengo siempre que puedo por el clima y la tranquilidad. No venía nunca porque me traía recuerdos, pero desde hace unos tres años me he reconciliado con Marbella. Aquí descanso hasta de mí misma, que a veces no me soporto.

¿Qué tiene que tener tu refugio?

Mucha luz, espacio y que esté aislado del ruido. He vivido en casas muy grandes siempre, las disfruto mucho.

¿Cómo desconectas?

Los fines de semana me dedico a ver series. Trabajo en un programa tan lleno de ruido que cuando llega el viernes necesito no tener que hablar con nadie.

Antes te dejabas la vida en ‘Sálvame’.

Cuando estoy cansada no controlo, sale la máquina de triturar y tengo que empezar a disparar, puede ser muy peligroso. Antes, cuando tenía un problema me quitaba el micrófono y me iba, ahora hablo con mis directores y pido un tiempo de distancia.

Podrás leer la entrevista completa con fotos en exclusiva en tu revista Lecturas.