Quién aún opine que 'MasterChef Celebrity' es un programa blanco, que se lo quite de la cabeza. Como concurso, existe una gran competitividad, tensión que acaba calando en nuestros famosos más queridos. Su objetivo queda secuestrado por un absoluto espíritu de superación, aunque no siempre están con la mente preparada para aceptar la implacable crítica de los tres miembros del jurado.

Amargas como sus lágrimas ha sido la eliminación este martes de Bibiana Fernández. No solo por la pena de dejar tantos amigos en plató (que no en la vida), sino por el tosco enfrentamiento que vivió con Jordi Cruz en la prueba de eliminación.

La prueba de traición y la terrible prueba en el exterior con la cocina asturiana como 'leitmotiv' quedaron totalmente en un segundo plano ante un tensísimo final protagonizado por la actriz y el chef.

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Jordi Cruz se mostraba demoledor a la hora de valorar el plato de Bibiana que, sin acritud y con todo el cariño y la admiración del mundo hacia ella, no tenía muy buena pinta: "Esta carne parece chicle. En este plato no he visto la actitud, no he visto las ganas, el resultado es terrible".

La 'chica Almodóvar' no encajaba nada bien la crítica del cocinero catalán. Sabía que no había resuelto bien la prueba, pero las formas usadas por Cruz no le gustaron nada y acabó enrocándose y justificando lo injustificable: "Lo que realmente quería hacer era lo que hice aunque después haya quedado mal". Jordi seguía 'golpeando' con sabiduría culinaria: "En una prueba de eliminación es bueno tener recursos y no coger ningún ingrediente más era tirarse a la piscina. Lo has hecho. De boca, sin agua. Grave".

El chef invitado, Jorge Brazalez, ganador de 'MasterChef 5', era más suave con su valoración y Bibiana, revanchista, afeaba a Jordi y al resto del jurado, comparándolos: "¿Ves? Así se explica. Muchas gracias. No es porque esté en contra de vosotros, pero él lo dice de otra manera...".

Jordi Cruz apretaba más las tuercas a Fernández y la obligaba a soltar qué le había sentado mal de lo que le había dicho: "¿Qué no te ha gustado de mi crítica? ¿Que te diga que la carne está pasadísima? ¿Que podías haber hecho un plato mejor? ¿O que tu actitud no ha sido buena?". La concursante se sinceraba y elegía la última opción. "Es que la actitud no ha sido buena. He visto poco cocinado. Te he visto probar mucho, tener muchísimo tiempo", le replicaba el chef, "y la premisa de este programa es no traer un plato malo a este jurado y es lo que has hecho tú". Viendo que la situación no se iba a resolver porque cada uno estaba fijo defendiendo su postura, Bibiana tiraba la toalla y cedía: "No voy a discutir contigo, porque no llegaríamos a ningún lado".

Un raudal de emociones contradictorias le sobrevenían, situándola entre el enfado y la tristeza de verse fuera del concurso. "Estos chefs están locos y van a acabar con mis nervios", decía en un principio. Sin embargo, luego recapacitaba y llegaba a la conclusión que el programa le ha dado más que conocimientos de cocina y es un cariño inmenso "en una autopista de dos direcciones".