Íntima de los mayores iconos de nuestro cine y de nuestra música, y con una carrera que poco podía envidiar a mujeres como Lola Flores o Sara Montiel, Marujita Díaz fue una de las mayores artistas que dio su generación.  Con Saritísima, además de profesión, compartió gusto por los estilismos exagerados, los estampados animales e imposibles y el barroquismo. Las dos mantenían la misma máxima, más es más, y ambas detestaban pasar desapercibidas. Así fue Marujita, una mujer que adoraba dar espectáculo, ya fuera encima de un escenario, o el que montaba cada vez que una cámara la enfocaba. Tenía una visión del 'show business' que solo ha sido compartida por las verdaderas estrellas, y ella, con sus ojos haciendo chiribitas, sus idilios amorosos y sus 'prints' de leoparado, fue una.

Divertida, con mucha picardía y la gracia que da haber nacido en Triana, Marujita era el alma de la fiesta. En una época en la que la mujer parecía que no podía hacer otra cosa cosa que estar "en la casa y con la pata quebrada", ella salía, no se perdía un sarao y vivía sus amores como quería.

Como bien ha dicho en Twitter Nieves Herrero, hoy muchos conocerán a la gran artista que había tras el personaje, pero es que como personaje también fue la bomba. ¡Fue un placer, Maruja!