A estas alturas de la vida quién le iba a decir a Mario Vargas Llosa, Premio Nobel y uno de los escritores más respetados, que se iba a convertir en un personaje ‘rosa’. De esta evolución tiene la ‘culpa’ su íntima amiga Isabel Preysler tras la publicación de unas fotos en las que se los ve paseando por Madrid. La pareja ha sido vista almorzando juntos, tras haber acudido en Londres a la fiesta de Porcelanosa, donde estaban invitados por Carlos de Gales.

Ahora Vargas Llosa tiene que cambiar las firmas en la Feria del Libro por confirmar y desmentir las informaciones que se vierten sobre él. Aunque seguro que ambos aspectos son compatibles. Después de que su mujer por 50 años Patricia Llosa dijera que entre su matrimonio las cosas iban bien, que acababan de celebrar su aniversario, el Premio Nobel ha ofrecido unas declaraciones que dicen absolutamente lo contrario. Mario habló con ‘Sálvame’ a los que dijo: “lo único que le confirmo es que estoy separado. Digo simplemente que estoy separado y que no tengo más declaraciones que hacer sobre mi vida privada”. ¿Podemos leer entre líneas lo que Vargas Llosa pretende decir? Que está libre como un pájaro para hacer con su vida y su intimidad lo que quiera, y con quien le apetezca.

¿Pero por qué Patricia dijo entonces lo que dijo en su comunicado lleno de pesar y dolor? Mario parece tener muy claro cual es la relación entre ellos, pero puede que su hasta ahora mujer aún no haya asumido la separación y aún los vea como un matrimonio.

Por el momento el escritor se dedica a ocupar su tiempo libre cultivando amistades y retomando otras del pasado que vuelven a llenar su vida de ilusión. Y sí, una de ellas puede ser, sin duda, la de Isabel.