Hace unas semanas, Mar Flores se pegaba uno de los mayores sustos de su vida. Su marido, Javier Merino, a su vuelta de un viaje de negocios al continente africano, era ingresado en el hospital Can Misses de Ibiza con fiebre, vómitos, escalofríos… un cuadro médico que hacía presagiar lo peor, que se hubiera contagiado de ébola. Se trataba de malaria, y afortunadamente, de los parásitos que provocan esta enfermedad, habría sido el menos peligroso el que inoculara la enfermedad al empresario. No obstante, Merino pasó muchas horas en la UVI. Pero hoy eso es agua pasada. Mar, en su primera aparición pública tras el mal trago, estaba radiante pese a los nervios. Y no es para menos, estrenaba anoche su última colección de bolsos, Étnica, como complemento perfecto del desfile del peletero Santiago del Palacio.  Y aunque Javier no la acompañó en el flont row de la pasarela, la ex modelo asegura que ya está perfecto, que de salud, “es un toro” y que como enfermo, ha sido “un amor”.

 

Mar, ¿cuántas colecciones de bolsos van ya? Esto va viento en popa…

(risas) No pensaba que pudiera llegar a esto. A otra colección, a presentarla con otro diseñador… Estoy muy contenta.

 

Ésta es…

Se llama ‘Étnica’, porque es un homenaje a las artesanas de Colombia, de Cartagena de Indias, con las que he trabajado varios años, y de ellas, de ese trabajo, nació. La inspiración, los tejidos…

 

Y con fines solidarios ¿no?

La marca Mar Flores Madrid es como la persona Mar Flores. Yo siempre intento ayudar a los demás, ser solidaria y la marca es así. Está hecha en España. Es española como yo. Y es artesanal. Mi deseo era ayudar a las familias de los artesanos con los que trabajo.

 

Oye, y con tanto chico en casa, ¿quién te ayuda a la hora de diseñar?

(risas) Los chicos de bolsos saben bastante poco, sí… No opinan. Busco consejo en mis amigas, en lo que no veo en el mercado y me gustaría tener, lo que yo no encuentro. Sería más bien, el bolso que yo necesito.

 

No sabrán de bolsos, pero imagino que ya les enseñarás tú cómo regalar bien a una mujer…

Uy, en la sociedad de hoy faltan muchos valores como para empezar enseñando eso… Empecemos por ahí y luego, por supuesto, a que cuiden bien a la mujer que tengan a su lado.

 

¿Hoy es el cumple de uno de tus pequeñines?

¿De uno de mis pequeñines? Sí… Del pequeñín que tengo ya mayor de edad (risas) Cumple 22 años y lo está celebrando con sus amigos. Todo esto no le gusta nada… Así que se ha ido con su padre y su familia para allá (Italia) para celebrarlo.

 

Jo, 22 años… ¿te haces a la idea de que se independice, tenga novia…?

Ahora mismo justo acabo de hablar con él. Y me ha dicho. “Mami, ¡tanti auguri!”. Le habría abrazado como si fuera más pequeño, pero me saca dos cabezas. Es una maravilla que me ha dado la vida. Una maravilla ser madre tan joven.

 

Sí, porque nadie diría que tienes un niño de 22 años. Estás estupenda.

(risas) Gracias. Es que me cuido. Me cuido la piel, la alimentación… hago gimnasia a morir.

 

¿No será que quieres volver al cine?

Ahora mismo estoy súper centrada en mi vida como diseñadora y emprendedora de mi marca, pero oye, no me cierro puertas, a lo que surja. Mi ‘repre’, por ejemplo, lo es sobre todo de cine. Así que, Dios dirá.

 

¿Cómo estáis del susto?

Todo perfecto. Ya muy bien.

 

¿Lo pasó mal Javier?

Tuvo los típicos síntomas de la enfermedad. Y bastante fuertes, además, pero ya ha salido y ha salido muy bien.

 

O sea, que ni rastro de nada de nada

Javier es un toro.

 

Pero ¿y como enfermo? Que los hombres…

Es un amor.

 

¿Y la enfermera?

¿Yo? Yo creo que también.