La madre de Pol: "Preferiría que mi hijo estuviese con Miguel antes que con Adara"

Lo de jugar a la familia feliz, nos da que en el caso de Adara y Pol va a resultar muy complicado… Y es que las madres de una y de otro no se soportan y ayer lo verbalizaron en el plató de GH17, dejando claro que no estaban satisfechas con la relación que estaban protagonizando sus vástagos.

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La que repartió estopa a diestro y siniestro fue la de Pol. La catalana había cargado la escopeta y disparó a todo lo que llevara la sangre de Adara. Su madre, en plató, trataba de llevar lo mejor posible los embistes del miura. “Si a Pol le gustaran los hombres, preferiría que estuviera con Miguel”, arrancaba quien dio vida al luchador genéticamente perfecto. Esta cree que su hijo y su ‘nuera’ están llevando una relación de sumisión completa (Pol es el sometido), y, a su modo de ver, le parece poco sana. “Adara es una mujer supercelosa y superposesiva. Preferiría que estuviera con Miguel porque podría tener una relación más liberal, más moderna, más sana”, aseguraba. “Podría relacionarse con el resto, tocarse y jugar". A todas estas bombas, que podríamos categorizar de nucleares por el daño que han hecho en la familia de la joven, hay que añadir que esta no se cree la relación. Le parece que Adara está fingiendo su amor, pues en un principio se había fijado en Rodrigo.

¿Creéis que la madre de la ‘afectada’ por todos estos ataques se iba a quedar callada? Pues no. La progenitora de Adara, después de escuchar todos estos dardos, hizo oír su voz. “Permíteme que guarde para mí lo que pienso de tu hijo”. Afirmaba que estaba muy nerviosa, que prefería no resultar tan hiriente como su detractora, pero aún así tenía que contestar algo. "Cuando empezaron su relación no me gustó Pol, porque decía unas cosas de Adara cuando no estaba que eran muy diferentes a las que le decía a ella. Pero ha pasado el tiempo y creo que se han enamorado". ¡Claro que sí, confiando en el amor! Además, aseguró que siempre tendría las puertas de su casa abiertas para Pol, pero para no para su madre. Una buena, no tonta.

Y mientras, en Guadalix, los enamorados pidiendo una hora sin cámaras... cuando lo que de verdad estaba caldeado era el plató.