Reunir en la misma mesa a Ana Obregón, Víctor Janeiro, Rappel y Lucía Etxebarría es la mejor idea que ha tenido nadie en los últimos meses. ¡Oro puro! La edición 'Gourmet' de Ven a cenar conmigo es una joya absoluta. Y también un foco de conflictos, por supuesto. En la última entrega, era el torero el encargado de ejercer de anfitrión y todo apuntaba a que no le iba a resultar nada fácil a alguien antitaurino como la escritora. ¿Qué pasó? Pues que Etxebarría tuvo sus más y sus menos con sus compañeros y se convirtió en el objetivo de la críticas en las redes...

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Lucía Etxebarría

Imagina que ahora es dulce y agradable”. No se lo pusieron nada fácil a Lucía Etxebarría en la última entrega de Ven a cenar conmigo. La escritora se encontraba más tensa de lo habitual por tener que estar en casa de un torero pero trataba de quitarle importancia desde el primer momento. No lo conseguía, pero al menos hacía el esfuerzo. Compartir velada en el hogar de Víctor Janeiro iba a ser un reto de los que no se olvidan fácilmente.

Lucía acaparaba la atención de los espectadores con momentos tan míticos como su aparición con una de las túnicas de Rappel. La escritora estaba deseosa de que se la regalase y el vidente hizo sus sueños realidad. “Te va a dar suerte”, le decía mientras Etxebarría admiraba la calidad de la tela. “El tacto es muy caro, ¿no?”. Tal era la admiración que reconocía que, si alguna vez se quedaba sin dinero, la vendería, ya que era un tesoro.

El problema vino cuando Víctor se animó a enseñarle a torear a Ana Obregón. Un trance demasiado intenso para que Lucía pudiera soportarlo. Sin decir nada, abandonó la casa y esperó a que terminasen la demostración. “He preferido salir porque todo lo que sea hablar de matar animales...”, confesaba desde el descansillo. “No quiero escuchar detalles. Para mantener la harmonía, me he salido”. Un gesto que tampoco fue muy bien recibido.

La tensión fue en aumento hasta que la escritora y la presentadora mantuvieron una acalorada discusión sobre los toros. Obregón confesaba que respetaba mucho a los toreros y se posicionaba a su lado, mientras que Etxebarría, antitaurina convencida, defendía su posición. Un debate que se traspasaba también a las redes, donde no eran pocos los que cargaban contra la escritora, tanto por su postura como por su comportamiento a lo largo del programa.

Etxebarría ha querido responderle a todos a través de su perfil de twitter. “Me he levantado con una auténtica ola de insultos”, explicaba. “No entienden que un programa como Ven a cenar conmigo no es la vida real. Que hay doce horas de grabación por programa, que se edita, que algunos comentarios son guionizados y otros sacados de contexto”. La escritora se defendía asegurando que no tenía ni idea de que iba a cenar con un torero.

“Alucino con que haya escrito más de veinte libros, saque dos artículos por semana y lo único que quede es esto”. Lucía reconocía que podía haber cometido un error -“lo admito y ya está. Punto”-, pero eso, en ningún caso, es motivo para comenzar a insultar a nadie. “La gente cree normal y divertido agredir verbalmente y humillar a alguien que no conoces de nada”, sentenciaba. Por desgracia, este es el día a día que nos encontramos muchas veces en las redes.