El cáncer se libra a muchos niveles: en la investigación médica, en la legislación, dentro de la sociedad, dentro de una familia... Pero la verdadera batalla la libra la persona que lo padece. Para una madre, ver que a tu hijo le toca afrontar esa lucha tan difícil, debe romperte por dentro. Una enfermedad que te debe coger fuerte física, pero sobre todo, mentalmente, pero cuando sabes que la padeces ya te ha empezado a debilitar.

Lucía Dominguín lo está viviendo con su hija Bimba y, aunque la procesión va por dentro, sus palabras delatan cierta impotencia. La enfermedad avanza y el cariño y el apoyo, que es mucho, parece que se quedan cortos en estos trances. Bimba reconocía este verano que tenía metástasis en huesos, hígado y cerebro y, hace unas semanas, confesaba que tenía los huesos "destrozados" por el cáncer.

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La madre de la modelo acudía anoche a la Gala Sida junto con su hermana Paola Dominguín. Una velada muy especial a la que no podía faltar, porque su hermano Miguel Bosé, como director del evento, pone todo el alma y el corazón. "Es un luchador", decían ambas con orgullo.

Para Lucía, su hija también es una luchadora por la enfermedad a la que se está enfrentando y con la entereza con la que lo está haciendo. "No puedo vivir lo que está pasando ella, porque soy su madre, pero para mí Bimba es mi heroína", decía. Saben cuál es la realidad, pero madre y tía de la modelo saben que en estos casos hay que mantener el ánimo alto, confiar y, como la propia Bimba ha dicho alguna vez, "tirar para adelante, porque no queda otra". "Somos una familia muy guerrera, con una genética bastante buena y, si mi padre ha podido luchar con muchos toros, esto también lo podemos hacer", declaraban y decían que lo que hay que hacer es "apartar el miedo, que es lo peor en cualquier enfermedad".