¡Qué dura es la vida de un 'superviviente'! Por si no tenían bastante con intentar pescar, hacer fuego y salvarse de los hambrientos mosquitos, encima les toca permanecer aislados, sin saber nada de su familia, sus amigos, sus seres queridos. Eso no hay valiente que lo aguante. Menos mal que la organización, de vez en cuando, les premia con alguna vista o una oportuna llamada de teléfono para que les suba el ánimo -o les dé una buena reprimenda, como en el caso de Kiko-. Pero no todos los concursantes de este año han tenido tanta suerte. Hay una que sigue esperando una muestra de cariño, por pequeña que sea...

Sí, se trata de Laura Matamoros. La superviviente no ha tenido contado con su familia desde que comenzó el reality y eso tiene mosca a más de uno. De hecho, fue su propio padre, Kiko Matamoros, quién hizo saltar la liebre en Sálvame. ¡Justicia ante todo! El colaborador afirmó que, mientras otros habían recibido llamadas de teléfono -todavía se nos escapa una lagrimita cuando recordamos la que Ortega Cano le hizo a Gloria Camila-, su hija seguía esperando. ¿Estaba acusando a la organización de favoritismos? No puede ser, no puede ser, esto tenemos que estar soñándolo.

Menos mal que, rápidamente, Jorge Javier quiso dejar las cosas claras. Si en un primer momento se especuló que era porque Laura no había tenido ningún momento de bajón durante el concurso -“Nadie sabemos cuál es el límite de cada uno”, respondió Matamoros, “no me parece que Kiko esté al límite y ahí está su mama. No me vale”-, lo que iba a pasar a continuación nos dejó con la boca abierta. Teléfono en mano, Jorge Javier hizo de portavoz de la organización y le comunico los verdaderos motivos de la falta de comunicación. “Llamamos al novio de Laura y no cogió el teléfono”, afirmó. “Estaba prevenido”. ¡Menuzo zasca!

Ante la evidencia, Kiko Matamoros no tuvo más remedio que recular y reconocer la realidad. “Vaya por Dios. Yo ese dato no lo conocía. Si es así, le pido disculpas a la organización”. Pero, ¿de verdad Benji, el novio de Laura, no se dio cuenta de que le estaban llamando? ¿Se quedó traspuesto en el sofá por las altas horas de la madrugada a las que termina la gala? ¡Con la ilusión que le hubiese hecho a la pobre! Ay, ojalá esta semana le den una alegría. Laura se lo merece.