‘Respiró hondo y se quitó la blusa. También el sujetador de encaje de un elegante gris nacarado que, en el último aniversario de boda, le había regalado su marido’. Así comienza la novela más excitante del verano, ‘El abrazo infiel’, escrita por Olvido Hormigos: con la propia historia de la ex concejala que un día decidió atreverse a protagonizar un vídeo sexual para su amante… y ese vídeo se convirtió en viral.

Lo mismo le ocurre a Adriana, la periodista protagonista de la novela, que se desnuda en el primer capítulo poco a poco ante la cámara para, después, acariciarse hasta lograr el máximo placer mientras graba la escena pensando en quién la recibirá. Pero, ¿cómo sigue la historia? ¿Cuáles son los otros pasajes más atrevidos y sexuales que ha escrito Olvido Hormigos en ‘El abrazo infiel’?

Damián ‘recibe’ el vídeo

"Buscó con impaciencia el cordón de los pantalones y se los bajó como pudo"

A esta escena del ‘atrevimiento’ de Adriana le sigue otro de gran carga erótica, cuando Damián, su amante, recibe el vídeo en su teléfono móvil. Como era de esperar, estas imágenes provocan su orgullo, una sensación de triunfo y de poder, y por supuesto, una inmediata excitación… “Buscó con impaciencia el cordón de los pantalones y se los bajó como pudo, hasta dejar su pene erecto al descubierto, un falo poderoso y brusco que representaba el centro de su universo”.

Damián, primario, rápido, con prisa, teléfono móvil en mano, hará lo mismo que Adriana pero eso sí, sin cámaras delante… Tras la poderosa escena, repetirá lo mismo que en su día hizo el amante de Olvido: pulsar el reenviar y hacer llegar el vídeo de Adriana a todos sus amigos. A las pocas horas, el video ya se encuentra en la red y será el hermano de la protagonista el primero en hacérselo saber.

Apasionados encuentros

‘El abrazo infiel’ continuará sin la presencia de Damián, a quien no veremos de nuevo hasta bien entrada la novela. Pero esto no impide que –¡ocurre justo lo contrario!- el grado de erotismo de la novela suba enteros a cada capítulo, aunque los protagonistas sean otros.

Adriana, una estudiante que se traslada a un colegio mayor de Madrid para poder estudiar Periodismo, consigue enamorar a Antonio, una auténtica promesa de la televisión y la radio. Sus primeros encuentros son apasionados y tienen siempre la emoción como telón de fondo: “Adriana seguía en la gloria, al margen de todo esto y no se enteraba de nada, no sabía lo que ocurría, ni que alguien habría entrado, ni que se alguien podría estar contemplándola semidesnuda, con los ojos vendados, abandonada a su placer y deshecha en gemidos, sus pechos al aire, su sexo apenas cubierto por el cuerpo de Toni, sus rasgos alterados por el éxtasis que la poseía”.

Sexo en un probador

La novela tiene sexo explícito, detalles excitantes que hacen subir la temperatura de cualquiera que los lea. Algunas de las mejores escenas ocurren en lugares públicos: “Contra la pared, tras el seto, su espalda sintiendo la rugosidad y el frío de los ladrillos… En el rostro perfecto de su prometido, las sombras de las hojas de los árboles que les cubrían recortadas por la luz difusa de las farolas… “.

En cambio, otras ocurren en lugares muy íntimos y estrechos, aunque no precisamente privados: “La sensación de peligro, el placer que él le provocaba, la urgencia de querer más y, al tiempo, de saber que en cualquier momento alguna de las empleadas de la tienda querría entrar allí para comprobar que todo iba bien, qué tal le sentaba la ropa, por qué se demoraba tanto en el probador… la hacían hervir de pasión contenida y le provocaban el impulso de gritar, un impulso que debía reprimir y que la obligaba a abandonarse a las manos hábiles de su marido conteniendo sus suspiros y sus jadeos”.

Amantes de una noche

Adriana vive la pasión de forma libre y sin convencionalismos. Es romántica, pero sabe separar el amor del sexo. Por ello vive algunos encuentros furtivos, que no van más allá de una noche, pero que la ayudan a tener la fuerza para salir adelante y recuperarse del linchamiento social que supone que su video sexual se haya convertido en viral y esté en boca de todos.

Pero en el fondo, la protagonista de ‘El abrazo infiel’ busca un amor perdido en todas esas caricias, en cada encuentro… Este es el sentir último de Adriana y así lo expresa: “Tantos años en falso, tanto tiempo perdido, viviendo una farsa, haciendo como que no pasaba nada, que no importaba, que no dolía… Y tengo que enterarme ahora, cuando soy la adúltera mas famosa del país, la infiel”.