Aunque es una mujer que parece tenerlo todo en la vida, Nuria González no se conforma y quiere más, por lo que se acercó a un establecimiento de lotería para comprar un décimo para el próximo sorteo de Navidad. Esto fue después de que una gitana en la calle le ofreciese unos décimos y ella los rechazase. Quizá, si es supersticiosa, pensaría que había rechazado la suerte y con ella las muchas ilusiones que se cumplen con un décimo premiado.
Sea como sea, Nuria esperó su turno y a la salida se la veía feliz y cargada de ilusiones. Ella lucía un aspecto magnífico y de lo más elegante con pantalones y chaqueta en negro y un pañuelo en azul, que le daba un toque de color.
La que fuera modelo y estilista de moda es una mujer feliz a la que se sonríe la suerte, aunque no sabemos si también el azar. Está felizmente casada con uno de los hombres más adinerados de España, que lleva toda la vida dedicada al trabajo, pues era mal estudiante y su padre pensó que lo mejor sería que entrase a trabajar en la lonja marinera de Vigo, su ciudad natal. Este fue el inicio de una carrera imparable como comerciante y empresario, aunque su matrimonio con Chiqui Riva Suardíaz también le ayudó, pues su suegro era un conocido naviero.
Fefé supo aprovechar esa oportunidad y empezó a labrar su carrera en distintos puestos ejecutivos y en sectores tan dispares como agencias de viajes, compañías pesqueras y empresas de importación y exportación hasta que creó sus propias compañías. Acabó separándose de su esposa, pero él ya tenía un imperio empresarial.
Fue años después de su ruptura y tras varias relaciones sentimentales cuando conoció a Nuria González con la que contrajo matrimonio en octubre del 2002. Solo cuatro meses después de aquel día, la pareja anunciaba que esperaba la llegada al mundo de su primer hijo, Iván, y después en junio del 2007 nacía su hija, Alma, con la que consiguieron la parejita.