Geroge y Amal Clooney tienen contentos a todos sus vecinos. El matrimonio se ha puesto a hacer obras en su casa de Sonning, en Berkshire, Inglaterra, y las casas de alrededor están padeciendo las ruidosas consecuencias.

“Pero, ¿qué están construyendo? ¿El palacio de Clooneyham?”, se preguntarán los de la localidad, que a diario ven camiones y camiones que entran y salen de la propiedad llevando materiales y recogiendo escombros. Esto, como es natural, ha transformado el tranquilo barrio en un trasiego continuo de vehículos que tienen atacados de los nervios a los de la zona.

Clooney no es el vecino soñado, seamos sinceros. Ciudad a la que va, ciudad que pone patas arriba. Creemos que el día de mañana, lo mejor para él (y para todos) será que se marche a una isla privada donde no molestará, ni le molestarán. Tened en cuenta detalle: su casa en el lago Como, Italia, también estuvo ligada a la polémica. El actor pidió al alcalde de la ciudad, amigo personal suyo (de esos a los que invitará a tomar café hecho con la cafetera de cápsulas), que decretase una orden que prohibiera a todos los curiosos acercarse a Villa Margarita, a  riesgo de enfrentarse a una multa de 500 euros. Una cifra que parece más que razonable para los verdaderos fans del actor que no les importa pagar esa cantidad, todo sea por acercarse a los ‘dominios’ de George y cruzarse con él.

Esto no le dejó más alternativa que despedirse de su amada casa en Italia, ponerla a la venta y centrarse en que no volviera ocurrir nada parecido en su hogar de casado. Por eso, y tal y como os contamos en su día, la pareja ha hecho instalar en su casa inglesa un moderno (y completísimo) sistema de vigilancia para tener controlado a todo aquel que ose acercarse. (“¡Soltad los peros!” Que diría el Señor Burns).

En la casa, una mansión de estilo georgiano con 9 invitados, la pareja, que lleva un año de casados, desea instalar todas las comodidades, incluyendo un cine y una estupenda piscina. Esperamos que el matrimonio ‘se enrolle’, y cuando todo ya esté instalado, invite a los vecinos, las auténticas víctimas de esta historia, a una sesión de pelis y de barbacoa. Les debéis una.


Casa en obras de george clooney