La reina Letizia ya ha emprendido su viaje de regreso. Sus días en Centro América han dado un fruto maravilloso y vuelve cargada de inspiración y conociendo el buen trabajo que se está llevando a cabo en El Salvador y Honduras.
Antes de marcharse de El Salvador, la reina visitó Casa Tomada, un centro social dedicado a ofrecer propuestas de ocio y cultura a los jóvenes para que estos estén alejados de las calles y de las bandas violentas. Ahí descubrió la cantidad de actividades que se llevan a cabo, como una escuela de tatuajes, clases de música y teatro. También han montado un huerto que provee de alimentos naturales y de cultivo biológico para los asistentes. Tras esta visita, doña Letizia se topó con la peor de las realidades salvadoreñas al acudir a una exposición fotográfica en la que se plasmaba la violencia que existe en el país. Con una fotografía concreta, en la que unos familiares identificaban el cuerpo de sus seres queridos sólo por la ropa, la esposa de Felipe se estremeció de manera particular.
Por último, Letizia almorzó con Salvador Sánchez Cerén, el presidente salvadoreño, en el Palacio Presidencial. Ahí realizó un discurso de agradecimiento en el que dejó de manifiesto el deseo del gobierno español de continuar cooperando con Honduras y El Salvador, contribuyendo a la defensa de mujeres, erradicación de la violencia, mejoras en el acceso al agua potable, la cultura y la educación.