¡Ya está bien de hacerse el tímido, Julián Contreras Jr! A nosotros no nos engañas. El hijo de Carmina Ordoñez, en unas declaraciones recientes, afirmó morirse de vergüenza cada vez que se le presta atención a los posados semi desnudos con los que riega sus redes sociales.

"Tengo muchísimo pudor. Me da muchísima vergüenza", cuenta a Fórmula TV. "Si os digo la verdad, la mayoría de esas fotos han sido perdiendo una apuesta, de 'súbela, no te atreves, no va a pasar nada', y luego, cuando veo el revuelo, pienso que para qué habré subido yo nada", para terminar reconociendo, con el ego bien hinchadito, que "la gente es muy amable y yo lo agradezco mucho".

Con clientes como Julián Contreras los bonos que proponen los gimnasios no salen a cuenta. A la empresa, decimos. Porque el joven se ha machacado de tal manera, que ha estrujado cada céntimo invertido en el recinto deportivo. El dinero mejor amortizado. Con su nuevo e imponente físico deja sin habla a todo aquel que mira sus fotos marcando pectorales, una de las últimas en sufrir el ‘stendhalazo’ de la vida al contemplar su body fue, unos meses atrás, Carlota Corredera.

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Las sales, las sales! ¡Que alguien traiga las sales! Casi le oímos gritar a David Valldeperas, cuando Carlota se topó con las fotos que ‘Julianín’ ahora acostumbra subir a las redes. ¿Se ha convertido en un ‘vicerverso’ este joven con alma de poeta torturado? Pues no, lo único que ha cambiado ha sido su físico, pues su cabeza sigue intacta.

En mayo, el hijo de Carmina Ordóñez visitó ‘Sálvame’ para hablar de todo lo que había cambiado, aprovechando que Carlota presentaba su libro sobre la gran evolución que ha sufrido su físico en el último año. A la gallega no le dolían prendas en reconocer que él es “una de mis debilidades”. “Me ‘enamoré’ de él en una crisis muy gorda que tuvimos en el Deluxe, que provocó Kiko Hernández”, y Julián contaba qué había ocurrido. “Un viernes por la noche iba a venir y tú (por Kiko) estuviste calentándolo por la tarde. Tú tuviste uno de los ‘brotes’ que antes teníamos, y yo no me sentía cómodo, no quería venir, no me gusta… y llamé a Carlota y le dije que no iba a ir porque el ambiente era muy virulento. Ella me dijo que era muy importante para ella, y tuvimos una conexión tan especial que acabé yendo”.

Julián habló con el resto de los colaboradores de las “creencias limitantes” autoimpuestas que ponían barreras a que él se mostrara cómo de verdad es, “di por perdidas una serie de cosas en mí”. Y está convencido que la transformación que le hizo Natalia Ferviú en ‘Cámbiame’ supuso el principio de toda esta evolución no solo física, sino, sobre todo, mental.