Nació para ser princesa primero y reina después. Y dicen, los que la conocen bien, que doña Sofía ha sabido desempeñar siempre a la perfección el papel que le ha tocado ocupar en la institución de la corona.

Hoy, cuando la familia real pasa momentos complicados y toca afrontar traiciones, –algunas inesperadas para la Reina, otras, no tanto–, doña Sofía sigue ahí, firme en su papel, poniendo por delante su profesionalidad, su deber y su dedicación a la institución. Una férrea decisión que la ha llevado a menudo a tener como compañera de viaje la soledad. Y ha aprendido a convivir con ella. Los últimos acontecimientos en torno a la familia real, agravados desde el incidente de don Juan Carlos en Botswana y especialmente con la aparición de la princesa Corinna, parecen haber acentuado aún más la soledad de la Reina. Sin embargo doña Sofía ha encontrado en su hermana, la princesa Irene de Grecia, uno de sus principales apoyos.

Irene, hermana y amiga

Con ella decidió compartir sus días de descanso en Palma de Mallorca. Sofía e Irene disfrutaron juntas de los primeros días de vacaciones de Semana Santa en la isla, donde aprovecharon para ir de compras y pasear por la capital. Tras adquirir algunas cremas y perfumes en una tienda de la conocida cadena Body Shop, las dos hermanas entraron en una juguetería, –quizás para comprar un regalo a Leonor y Sofía, que llegarían pocos días después–y acabaron su paseo saboreando uno de los primeros helados de la temporada en su heladería preferida. Unos días de tregua para doña Sofía que ha tenido siempre claras sus prioridades. Ser reina ha sido siempre lo primero, se debe a su trabajo, y el resto queda atrás. “Lo que hoy hace sufrir a la Reina y lo que lleva peor es el descrédito que está sufriendo la institución de la corona, un descrédito que ya está dañando a las personas”, nos cuenta nuestra colaboradora y periodista Mariángel Alcázar.

Apartando a Corinna

“Tiene un gran sentido de estado y profesionalidad y don Juan Carlos y doña Sofía en estos momentos están más unidos que nunca, por el bien de la institución”, asegura la periodista Pilar Eyre, que nos confirma que precisamente esta unión ‘profesional’ es la que ha logrado apartar definitivamente a Corinna, la princesa alemana que hace nueve años apareció en la vida de don Juan Carlos.

Sin embargo, la Reina conoce bien a Corinna desde su llegada. “El mismo Rey se lo explicó a doña Sofía para poder moverse libremente. Intuía que iba a ser una relación más importante que las otras”, asegura Pilar Eyre, que añade: “Según cuenta alguien muy cercano a ella, a doña Sofía no le ha importado nunca la vida amorosa de su marido”.

Mariángel Alcázar, por su parte, sigue destacando también aquí la fortaleza de la Reina. “Ella ha explicado ya que en situaciones de conflicto intenta verse siempre desde fuera. Intenta no oír el ruido. Solo ella sabe la verdad. Es una mujer fuerte que se crece ante las adversidades. El Rey y la Reina comparten agenda y actividades conjuntas y su objetivo común es estar al servicio de la corona. Juan Carlos y Sofía tienen una vida privada que solo ellos conocen”. Según Eyre, “desde que empezó la amistad de don Juan Carlos con Corinna, la Reina se ha habilitado sus habitaciones privadas en un edificio adosado que la obliga a salir al exterior para ir a palacio”.

Doña Sofía vive sola porque así lo decidió un día pero, según asegura Eyre, vive una soledad mayor a la que esperaba. “En su casa la Reina ha montado una especie de guardería para sus nietos con muebles de Imaginarium. Pizarra, asientos, libros… pero ninguno de sus nietos la ha utilizado jamás. Ese cuarto inútil parece un símbolo de su propia vida”, explica Pilar.

Quizás no haya disfrutado de sus nietos tanto como hubiera querido, pero, según nos explica Mariángel Alcázar, doña Sofía ha sabido ejercer siempre a la perfección su papel de abuela. “Durante la separación de su hija Elena estuvo muy pendiente de que los niños no sufrieran y aconsejó que fueran a estudiar a Londres. Ahora sufre por los hijos de Cristina, para que se mantengan al margen de todo lo que están viviendo sus padres. Solo desde este punto de vista se entienden los movimientos de aproximación que la Reina ha hecho hacia su hija e Iñaki desde que todo empezó”, dice Alcázar.

Traicionada por Iñaki

Y precisamente Iñaki es hoy el culpable de muchas de las preocupaciones de doña Sofía. “Cuentan que cuando la Reina ha tomado iniciativas como ir al hospital con Urdangarin o llevarle a la Zarzuela por Nochebuena, ha sido recriminada por el Rey”, dice Eyre. La Reina, que, intentando dar una imagen de familia unida que hace tiempo que no existe, ha peleado por Iñaki con uñas y dientes desde que se vio envuelto en el caso Nóos, se siente hoy traicionada por el marido de su hija Cristina.
“Perdona mi silencio, Corinna, quería hablar del tema con el Rey… un beso cariñoso. Iñaki”. Era el correo de la traición. Uno de los correos que se han hecho públicos en los que se demostraba que Iñaki también había conocido y se había relacionado con Corinna. Una traición que agudiza aún más la soledad de doña Sofía que, de vez en cuando, dos veces al año dicen, huye a Londres. Allí, lejos de todos, disfruta, seguro, de su soledad más deseada. “La Reina está acostumbrada, desde el principio, a no salir por Madrid de compras, porque es complicado. Por eso de vez en cuando, menos de lo que dicen, viaja a Londres donde puede salir con tranquilidad”, explica Alcázar.