La evolución de Daryl Hannah

Daryl Hannah, la actriz de ‘Un, dos, tres ¡Splash!’, ha visitado nuestro país para presentar la plataforma online Netflix y nos hemos encontrado con una Daryl prácticamente irreconocible.

Muchos aún conservamos la idea de cómo era la interprete a principios de los noventa, cuando enamoraba a Antonio Banderas en ‘Two Much’, o más adelante, cuando empuñó una katana para Tarantino. Esa mujer dista mucho de parecerse a la que anoche posaba ante el photocall.

De hace unos años a esta parte, Hannah ha ido transformándose. Una pequeña infiltración por aquí, una inyección por allá… Parar como sea las manillas de los relojes, que pretenden acortar las carreras de las actrices llegadas a una edad. Vergonzoso. Estas mujeres viven con tamaña presión, que terminan olvidándose de quiénes eran y se convierten en caricaturas de lo que una vez vimos en la pantalla grande.

Repetimos, ellas no son las culpables. La presión por su imagen es enorme, así que no es de extrañar que más de una se ponga en manos de un cirujano que hace con ella barbaridades. Porque, ¿quién debería de establecer los límites, el cliente o quien lo hace? Muchos profesionales se niegan a hacer según qué intervenciones y tratan de hacer entender a los clientes que lo que proponen es perjudicial para ellos. Otros se dejan llevar y hacen exactamente lo que les piden, aunque esto juegue en su contra.

Daryl llevó a la presentación de Netflix un vestido oscuro, que contrastaba de manera maravillosa con su cabellera platino, y estuvo muy simpática, bromeando y posando haciendo el signo de la victoria. Una victoria, sin duda, fue que la reconociéramos.

La actriz es una de las protagonistas de ‘Sense 8’, una de las series de la plataforma, en la que también aparece el guapísimo Miguel Ángel Silvestre. La serie, realizada por los hermanos Wachowsky (‘Matrix’), ha recibido críticas estupendas y ha supuesto un relanzamiento de su carrera, algo parada estos últimos años.