Dos días antes del primer aniversario de su hijo, Francisquito, Kiko Rivera y Jessica Bueno se han visto las caras. Pero no ha sido un encuentro agradable, sino ante el juez.

El hijo de Isabel Pantoja había pedido medidas cautelares sobre la custodia del niño después que la modelo se lo llevara a vivir a Eibar (Guipúzcoa) con su actual novio, Jota Peleteiro. Una decisión que rompía el convenio de regulación que habían firmado ambas partes y que, como consecuencia, le ha impedido a Kiko ver a su hijo en los últimos dos meses.

El primero en llegar al Juzgado de Familia número 17 de Sevilla ha sido Kiko, y lo ha hecho acompañado de su tío, Agustín Pantoja, y de su prima, Anabel. Su madre, Isabel Pantoja, prefirió en el último momento no presentarse para evitar que el revuelo mediático fuera mayor. A pesar de ello, decenas de periodistas se agolpaban a las puertas de la sala de justicia esperando, en vano, una declaración de Kiko. Jessica, arropada por sus abogados y su hermano Manuel, esperaba en un hotel situado frente a los juzgados para evitar cruzarse con su ex. Ya en la sala, la juez les tomó declaración a ambos durante tres horas y será la magistrada, ante la imposibilidad de que la expareja llegue a un acuerdo, quien decida sobre la custodia del niño que ambos reclaman.