¡Y esta es la imagen de unos recién casados! Kiko Rivera e Irene Rosales ya pasean por las calles de Castilleja de la Puebla con sus alianzas y derrochando felicidad. Porque ellos aseguran que están encantados desde que se convirtieron en uno de manera oficial.

La pareja, que parece que por el momento no tiene tiempo para marcharse de luna de miel, tal y como ha revelado Anabel Pantoja. Ahora disfrutan de su hija y de lo bien que saben los primeros instantes como casados.

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Kiko e Irene

La felicidad post-boda parece empañárseles un poco al ver publicada información sobre el supuesto malestar de la familia de Irene. Algunas voces se han alzado para defender a los Rosales, que habrían sido relegados a un segundo plano en una boda en la que los Rivera parecían los únicos protagonistas. El padre de Irene no pudo asistir a la boda, y la madre no fue sentada en la mesa presidencial donde, además de los novios, también estuvo Isabel Pantoja. La familia de Irene se habría sentido, quizás, algo marginada lo que habría provocado un gran malestar en estos.

Uno de los primeros planes del matrimonio ha sido visitar el centro comercial y allí realizar algunas compras. A esto les acompañó Ana, su hija, que en dos meses cumplirá su primer año de vida. Fue precisamente en el bautizo de la niña en la que Kiko pidió matrimonio a Irene. Desde entonces estuvieron organizando con mucho mimo y cariño el enlace.

Ahora toca dejar todo listo para cuando se marchen de luna de miel. La pareja habría escogido como primer destino como enamorados: África, donde además de descansar en alguna bonita playa, pretenden ir a un safari a contemplar a los animales en su hábitat.