Debe ser que la paternidad tiene a Kiko Hernández algo más sensible de lo normal. Ayer, en ‘Sálvame, el colaborador tuvo un gesto muy bonito con su gran ‘amienemiga’ del alma, Lydia Lozano, que había sido víctima de una broma escatológica de pésimo gusto.

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Según han descubierto desde el programa, algún desaprensivo se había dedicado a meter una bolsa con heces caninas en el buzón de la periodista. Un gesto que su compañero ha condenado de manera pública. “No me entra en la cabeza que algún sinvergüenza sea capaz de esto”, repetía el recién estrenado padre. Y es que él podrá meterse todo lo que quiera con la que un día fue una de sus amigas más íntimas, pero no soporta que nadie le toque un pelo. Si alguien tiene que decirle cuatro cosas y gastarle bromas ese es él, pues, aunque sea muy en el fondo, aún le tiene un cariño enorme.

Además, la corrala show ha puesto de manifiesto algo que tiene muy nerviosa a Lydia y no tiene nada que ver con la ‘sinvergonzonería’ arriba descrita. Se trata de una operación. Hoy, jueves, Lozano se someterá a una intervención quirúrgica y Kiko quiso saber si este procedimiento médico la tenía asustada. Al parecer, a la de las mechas lo que más miedo le da es ser sedada, Jorge le ha quitado hierro asegurando que no hay nada que temer. Hernández le ha deseado mucha suerte en el proceso y hasta le ha dado un beso (bueno, mejor dicho, un lametón). Él, a su manera, ha intentado acercar posturas. Lo próximo será irse de 'brunch' dominical.